Irán, en el punto de mira: el Consejo de Seguridad de la ONU le impone sanciones por su programa nuclear
La resolución, número 1737, presentada por Reino Unido, Francia y Alemania, fue adoptada por unanimidad por los 15 miembros del Consejo de Seguridad.
En el texto de la resolución se insta a Irán a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio y el desarrollo de un reactor de agua pesada, una exigencia que hace tiempo que pide el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Si no cumple, Irán deberá afrontar sanciones como la prohibición de realizar importaciones y exportaciones de materiales peligrosos y tecnología relacionada con el enriquecimiento de uranio y de reprocesamiento y con sus programas de misiles balísticos.
Concretamente, prohíbe a los estados miembros de la ONU suministrar material y tecnología que Teherán pueda utilizar para sus programas nucleares y de misiles.
Además, se establece la congelación de los activos financieros a compañías e individuos claves involucrados en estos programas, que forman parte de una lista adjunta al texto de la resolución.
Plazo de 60 días
Será el director de la OIEA, Mohamed El Baradei, el que deberá presentar un informe al cabo de 60 días sobre el cumplimiento por parte de Irán de la resolución.
Asimismo, y como destacan diversos medios y agencias de noticias, debido a que el documento está redactado bajo el artículo 41 del Capítulo 7 de la Carta de la ONU, permite la imposición de otras "medidas apropiadas" ("que no impliquen el uso de la fuerza armada") si el régimen de Teherán no cumple con la resolución.
La postura del Gobierno iraní
Irán considera que bajo el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) tiene el derecho a desarrollar estos programas nucleares con fines pacíficos, y asegura que sus actividades son para la producción de energía nuclear. Sin embargo, la comunidad internacional cree que lo que busca el régimen iraní es fabricar la bomba atómica, pese a que el OIEA no ha pedido demostrar que estas alegaciones sean ciertas.
La comunidad internacional ofreció en junio pasado un conjunto de incentivos económicos y políticos como contrapartida a la aplicación de una moratoria de sus programas nucleares, que no ha sido aceptado por Teherán. La oferta incluía tecnología nuclear punta para uso civil, un reactor de agua ligera y ventajas económicas y garantías de seguridad regional.
El Gobierno iraní considera que ningún incentivo económico puede sustituir el derecho legítimo de su país a hacer uso de la energía atómica.