Madrid, palanca para las enseñas de Santa Teresa
La compañía prevé tener cinco locales abiertos a finales de 2017 en la capital para dar en 2018 el salto a Barcelona y alcanzar los 25 establecimientos de su marca en los próximos cinco años.
Al cumplir 154 años de vida, la firma Santa Teresa -ligada a las famosas Yemas de Santa Teresa en Ávila- decidió dar un giro a su negocio y apostar por la franquicia para hacerlo crecer.
Ahora, dos años después de tomar aquella decisión, la firma ha logrado poner en marcha un primer local que opera bajo ese formato de negocio en la calle Ponzano de Madrid, en pleno corazón de la capital. Un establecimiento -en el que se puede comprar y consumir in situ- al que se sumarán otros -previsiblemente los siguientes estarán en la zona de Retiro y en el Mercado de la Paz de la capital- cuatro a lo largo de este año y el que viene.
Según ha explicado a elEconomista Franquicias y Emprendedores, Isabel López Resina, directora general de Santa Teresa, el plan de expansión de la compañía no se acaba ahí.
Si el crecimiento en Madrid cumple con sus expectativas, Santa Teresa dará el salto a Barcelona en 2018, posiblemente de la mano de un socio local, para diversificar sus ubicaciones -entre las que podrían estar las ciudades de Valencia, Málaga y Palma de Mallorca- y contar con un total de 25 franquicias en un plazo de cinco años.
De momento, la previsión es no pasar de esa cifra. ?Confiamos en la franquicia para que la marca llegue a más consumidores finales, pero tenemos muy claro que no vamos a hacer una expansión desvocada ni con franquicias ni con locales propios?, explica López.
De estos últimos la firma ya tiene varios funcionando. En concreto, cuenta con tres establecimientos de su marca en Ávila, uno en Aravaca (Madrid), otro en Majadahonda (Madrid) y otro en el Mercado de Chamartín de la capital.
Tanto para los propios como para los franquiciados, el objetivo de esta compañía que preside Julián Gil -su actual dueño- es ubicarse en locales a pie de calle y en los mercados tradicionales que poco a poco vuelven a ponerse de moda en nuestro país.
Para los primeros, Santa Teresa busca implantarse en espacios de entre 120 y 140 metros cuadrados ubicados en zonas con tráfico comercial; para los segundos, en establecimientos de entre 30 y 50 metros cuadrados.
En ambos casos, el requisito es que dichos establecimientos estén en barrios consolidados del centro de Madrid, como el de Chamberí donde ha abierto su primera franquicia.
Además de esa condición, la marca pide a sus franquiciados un canon de entrada de 24.000 euros a los que se ha de sumar el coste de la implantación, cifrado en 1.000 euros por metro cuadrado.
Los franquiciados que se unan a la marca tendrán que firmar con ella un contrato de permanencia de cinco años, renovable, abonar mensualmente un royalty del 5 por ciento sobre ventas y contar con siete personas de media en su personal.
Unas ventas que, según detalla López Resina, se concentran especialmente en los productos elaborados por la propia compañía, en sus factorías abulenses. ?El 80 por ciento de los productos que se venden en nuestras tiendas es de nuestra marcaM porque los elaboramos nosotros?.
Entre esos productos se encuentra su membrillo -Santa Teresa es el primer fabricante de membrillo de España- y su gazpacho -su marca es la tercera más vendida en España-.
De ahí que el 40 por ciento de los tickets de sus tiendas propias y ahora de su franquicia corresponda a la compra y el consumo de sus propios productos. Con una oferta gastronómica centrada en productos de quinta gama -listos para su consumo que no hacen necesaria una salida de humos en sus locales-, Santa Teresa ha decidido dividir sus locales en un espacio de tienda y en otro de degustación, en el que el consumidor pueda desayunar, comer -con un menú a 10,95 euros-, merendar y cenar.
Distintos momentos de consumo con el fin de captar a distintos perfiles de clientes. Aunque no hay un único perfil, López Resina sostiene que a sus establecimientos acuden muchas familias y muchas parejas. ?Nuestro público es muy urbano y nuestros productos no están dirigidos a las personas que tienen tiempo de cocinar?, matiza.
Personas que también encuentra fuera de España, gracias a las que las exportaciones de sus productos ya representan el 7 por ciento de sus ventas debido, en buena parte, al tirón que su membrillo y gazpacho tiene especialmente en Japón, Estados Unidos, Alemania y Bélgica.