La crisis económica reaviva la celebración de ferias de franquicias en nuestro país
- "En el mundo de la franquicia no todo está inventado"
Lejos de acabar con ellas, la crisis que durante estos últimos ocho años ha campado a sus anchas por España ha servido de revulsivo para las ferias de franquicias que operaban en nuestro país, e incluso de caldo de cultivo para la aparición de nuevos salones. Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Franquicias y Emprendedores
De hecho, ahora que esa tempestad económica parece soplar con menos fuerza, el panorama ferial del sistema de franquicias español pasa por un momento dulce, con una proliferación de conceptos que se adaptan a los nuevos formatos de franquicias y a los nuevos emprendedores que, precisamente, han traído consigo las turbulencias financieras, la estrechez del crédito bancario y el aumento del desempleo.
Variables que aportan también nuevos retos tanto para las ferias, como el de ser más internacionales y diferenciar qué es una franquicia de una oportunidad de negocio, como para los posibles franquiciados. Y es que dado el aumento de la oferta de conceptos que se franquician, los emprendedores han de hacer muy bien los deberes y comprobar la trayectoria, fiabilidad y garantía de la franquicia a la que se quieran unir antes de firmar.
Éstas son algunas de las conclusiones que ha extraído elEconomista de la mesa redonda en la que, junto a la Asociación Española de Franquiciadores, ha unido a los directores de las principales ferias de franquicias de nuestro país: María Valcarce, de Expofranquicia Madrid; Andrés Gil, del Salón Internacional de la Franquicia de Valencia; Raquel Robledo, de FrankiNorte y FranquiAtlántico, de Bilbao y Vigo, respectivamente; David Mármol, de Franquicat Sabadell (Barcelona), y Prudencio Martínez-Franco, de FranquiShop.
Un sector estimulado
Todos ellos coinciden en que la crisis ha dinamizado al sector. "Las ferias están proliferando porque al acudir a un mercado distinto, cada una es distinta", sostiene María Valcarce. Una opinión que va en la línea con la de su homólogo valenciano. "Somos muchos, pero hay mercado en función de las diferentes expectativas de los expositores y los visitantes", dice Andrés Gil. Dos posturas que coinciden con la de Raquel Robledo quién asegura que "al ser un reflejo del sector, las ferias están en auge porque en la franquicia no todo está inventado".
Prueba de ello es que durante esta crisis económica, el panorama ferial de las franquicias en España ha sido testigo de cómo surgían dos nuevos conceptos: el de Franquicat en Sabadell -Barcelona-, y el de FranquiShop, con ediciones en Sevilla, Zaragoza, Barcelona y Madrid. "La realidad de las ferias es bastante variada tanto desde el punto de vista geográfico como del modelo", asegura el director de FranquiShop. Por su parte, el director de Franquicat insiste en que "hay mercado para todos".
Entre las razones que explican la diversificación del sector figura el cambio que se ha producido tanto en el perfil del visitante como del expositor. Y es que mientras que antes de la debacle financiera, entre los visitantes a estas ferias había mucho inversor que buscaba donde colocar su dinero, ahora hay mucho emprendedor particular que busca en la franquicia una solución a su situación de desempleo. "La crisis ha cambiado por completo el perfil del visitante", matiza David Mármol. Un perfil que, en opinión de Raquel Robledo, está ahora más formado.
Además de a los visitantes, la crisis ha cambiado el rol de los expositores en las ferias. "Ahora hay más rotación de expositores", dice Martínez-Franco. Una rotación que, para Gil, se debe a la aparición de nuevos franquiciadores. "La franquicia, como fórmula de negocio, ha sabido responder, con formatos a la situación de crisis económica", apunta María Valcarce.
En fin de semana
Lo que no ha cambiado es, según los directores, la importancia que tiene el fin de semana para las ferias. Todos ellos coinciden en que esos días son importantes para atraer a visitantes de fuera de la ciudad en la que se celebre la feria así como a visitantes internacionales, y para que los emprendedores acudan con sus familias y puedan terminarse de convencer de que su idea de unirse a una franquicia está argumentada.
En lo que hay menos uniformidad de opiniones es en la opción de cobrar para dar acceso al salón. Mientras una parte sostiene que la entrada gratuita facilita el acceso al visitante, la otra asegura que el precio de la entrada, por pequeño que sea, sirve de filtro para afinar el target de los visitantes y evitar lo que en la jerga del sector se llama paseantes, dando así mayor profesionalidad a la feria.
Una profesionalidad que, para María Valcarce, pasa por generar citas entre expositores y visitantes, para que ambas partes puedan rentabilizar su presencia en la feria. Para conseguir esto, Valcarce sostiene que el expositor ha de "alinear sus acciones con sus objetivos y conocer el perfil de la feria y la trayectoria de cada una para saber a cuál ha de acudir. Tiene que definir en el stand qué soy, qué ofrezco y qué busco".
Objetivos a los que Mármol, Robledo y Martínez-Franco añaden el de decidir a qué feria ir según la expansión geográfica que el expositor quiera conseguir.
A la hora de defender la importancia de las ferias todos coinciden en que son un punto de encuentro que da visibilidad y notoriedad.