Pymes y Emprendedores
¿Quiere pedir un préstamo ICO? Será mejor que vuelva usted mañana
Las cosas de palacio van despacio, ya se sabe. Cuando la ingente maquinaria de la Administración pública se pone en movimiento, paciencia, que va para rato. Estrenamos año y con ello líneas del ICO, finalizado el ejercicio 2008. Algo que se repite todos los años, desde hace por lo menos quince, en el caso de la más veteranas, la ICO Pyme. ¿Cuál es la diferencia?
Que este año, por la crisis económica, el presidente del Gobierno ha repetido por activa y por pasiva que se están redoblando esfuerzos para que el ansiado crédito llegue a las pequeñas y medianas empresas. Pero... ¿llega realmente?
Si nos atenemos a nuestra experiencia, no. Hemos ido de la mano de una pyme a varias entidades para comprobar qué acogida encontraba nuestra pretensión de solicitar un préstamo bonificado, ésos tan anunciados y que pueden dar oxígeno a tantas empresas de reducido tamaño de nuestro país.
El experimento
Resultado en una semana: cero. Nos quedamos a la espera de recibir "más información", de que "la circular llegue a esta sucursal", de que se firme el convenio "entre este mes y febrero"... Pero vayamos por partes.
Nuestro conejillo de indias es una bodega de tamaño pequeño que cumple a la perfección los requisitos que establece la Comisión Europea para ser considerada pyme: disponer de menos de 250 empleados, y tener un negocio anual no superior a 50 millones de euros o una cifra de balance general no superior a los 43 millones de euros. En este caso, no llegan a los diez trabajadores y cuentan con un capital social, a cierre de 2008, de cuatro millones de euros.
El planteamiento es el siguiente: el 60% de la producción de botellas están dirigidas a la exportación, básicamente Europa y Estados Unidos. Este año quieren explorar nuevos mercados y dar el salto a Asia, entre otros destinos. ¿Cuál es el problema? Necesitan liquidez para afrontar este reto porque algunos de sus clientes, a consecuencia de la crisis económica, van a retrasar sus pagos. Vamos a pedirle un crédito al ICO.
Primera entidad: Santander
Primera parada: una sucursal del Banco Santander (SAN.MC), entidad potente donde las haya, presente en todas las líneas que ofrece el organismo público. La primera pregunta que hacemos a la amable comercial es cuánto tardarán en respondernos, dado que nos urge ponernos en marcha con nuestro plan de expansión: "Tras elevar la propuesta, nos contestarán en un par de días, calculo, tal y como está en estos momentos el mercado del crédito". El principio es prometedor.
Nos toma los datos, quedamos en proporcionarle documentación de la empresa y de repente surge el primer problema: "No tenemos actualizados en estos momentos los precios a tipo fijo de los préstamos, me quedo con su móvil y le llamo en unos días".
Segúnda entidad: Popular
Acudimos a otra entidad. Banco Popular, de nuevo una de las que, con extensa proyección nacional, figura en todos los listados del ICO. Y esta segunda visita resulta mucho más desalentadora. Su, de nuevo amable, asesor comercial nos informa de que todavía la central no ha pasado a las sucursales la circular que informa de las condiciones de estos préstamos.
No nos puede ofrecer ninguna otra pista y quedamos, de nuevo, a la espera de noticias frescas. Añade que "llevamos una semana y media recibiendo llamadas de nuestros clientes y tampoco hemos podido concretarles nada".
Tercera entidad: Barclays
Al cruzar la calle nos topamos con una sucursal de Barclays y nos decidimos a probar suerte en una tercera entidad. De nuevo parece que la suerte se coloca de nuestro lado porque la persona que nos atiende despliega ante nosotros un sinfín de información sobre estos préstamos. Nos concreta qué papeles necesitamos llevarle: escrituras de la empresa, de apoderamiento de los socios, impuestos, IRPF y Sociedades, básicamente y el último balance cerrado.
Nos informa de que el tipo de interés variable de estos préstamos es euribor semestral más 0,5 o 0,75%, dependiendo de si presentamos avales o no. Una opción recomendada por él, "dada la tendencia bajista del euribor en estos momentos". Que el periodo de carencia es de un año, si lo pedimos a cinco; de dos, si lo pedimos a siete; y que si lo pedimos a tres o a diez, no tiene. Se trata de préstamos sin comisión de apertura pero sí de amortización parcial, del 2% si optamos por el tipo fijo.
Se presta a hacernos hasta una simulación de cómo quedaría nuestro préstamo. Le informamos de que la cuantía que queremos pedir asciende a unos 200.000 euros, una parte pequeña de la inversión que estimamos nos va a hacer falta para exportar la producción de este año. Optamos por un plazo medio de siete años a tipo variable, un 3,3%, hasta la primera revisión. Nos sale a pagar 2.669,79 euros cada mes.
Y de repente preguntamos: ¿cuál es el tipo fijo que ofrece el ICO? Pensamos que quizá pueda resultar más ventajoso. Y todo el castillo de naipes se desbarata. Su ordenador no le proporciona datos de cómo quedaría el precio a tipo fijo. Algo raro pasa. Va a preguntar a una compañera que en seguida llama por teléfono a instancias superiores para conocer qué ocurre. Tras minutos de espera nos informan de que "toda la información que nos ha proporcionado hasta el momento correspondía a la línea de 2008, ya cerrada", y que "la de este año no está aprobada todavía".
Nos quedamos estupefactos. ¿Y cuándo podremos saber algo? "No sabemos cuándo tendremos las nuevas condiciones, puede ser este mes o en febrero". De esperar unos días, a dos meses, concluimos, hay una gran diferencia. Salimos de allí con más dudas que certezas.
Sin liquidez
Al día siguiente, a primera hora nos llama la asesora del Santander para decirnos que el motivo por el que queremos solicitar un préstamo no se corresponde con los estipulados en los pliegos de condiciones de estos productos que sólo financian activos productivos necesarios para llevar a cabo la actividad. Es decir, y nos pone como ejemplo, en el caso de una ebanistería, la maquinaria para desarrollar los trabajos.
Insistimos en que hemos oído que hay una línea específica para circulante, la ICO Liquidez. Y en efecto, nos devuelve la llamada para darnos la razón: podemos solicitar un préstamo que cubra nuestras necesidades de tener dinero, contante y sonante, para emprender nuestras operaciones de exportación... pero "esa línea todavía no está operativa".
Ante tantas decepciones, vamos a la fuente original, el ICO, pensando que simplemente habíamos tenido mala suerte. No es así y se confirman nuestras sospechas: "Las entidades se adhieren paulatinamente a las líneas de financiación, lo cual requiere un proceso: tienen que ser aprobadas por sus organismos de control interno, adaptar sus soportes informáticos...".
"Hay que dar un margen a las sucursales y tranquilizar a los empresarios", añaden. Ya saben, ármense de paciencia y vuelvan ustedes mañana.