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El trol, el graciosete y el chulo: así son los usuarios que dejan opiniones falsas en las tiendas online
elEconomista.es
Las opiniones y los comentarios que escriben en una tienda online los clientes tras comprar un producto son muy valiosos. Ayudan aumentan la confianza en el producto de cara a otros usuarios y potenciales clientes. Además, mejoran el posicionamiento en los buscadores del e-commerce. Incluso en el caso de las opiniones negativas puede ser un punto a favor, porque permiten conocer e identificar los puntos débiles de la tienda, y porque una rápida y correcta actuación permite dar una buena imagen pública de atención al cliente.
Pero toda tienda online que cuenta con un espacio para los comentarios se enfrentan a un enemigo temible: las valoraciones falsas, que se han convertido en uno de los principales problemas del e-commerce en todo el mundo. Estos comentarios minan la confianza de los clientes -clave en este sector-, y además cuesta dinero a las empresas si acaba provocando que un potencial cliente no haga una compra.
El 3% de los usuarios confiesa haber escrito alguna vez una opinión falsa, y hasta un 10% se plantea hacerlo en un futuro próximo, según una encuesta elaborada por el sello de calidad Trusted Shop.
"Pueden ser muy perjudiciales"
"Las opiniones en las tiendas online son realmente útiles para otros usuarios y son muy recomendables para cualquier tienda online, independientemente de cuál sea su índole, pero hay que tener especial cuidado con los comentarios falsos, pues pueden ser muy perjudiciales para el éxito de cualquier empresa", explica Jordi Vives, Country Manager de Trusted Shops.
Pero, ¿cómo son los que escriben opiniones falsas en las tiendas online? ¿Qué les impulsa? ¿Qué esperan conseguir con ello? Trusted Shops, a partir de su experiencia en la gestión de valoraciones de clientes, ha identificado cuatro tipos de personas que hacen este tipo de comentarios:
1. El trol
Le molestan incluso las cosas más pequeñas. Su nivel de tolerancia está por debajo del nivel del mar. Por eso vive principalmente en una cueva y desde allí busca por internet pequeñas cosas que no encajan con su limitada visión del mundo: puede ser la información de un producto, meras opiniones o imágenes. Es entonces cuando se desata. Lo hace de forma digital, exclusivamente digital. Pero de manera muy amplia. No le importa dónde. Insulta, ofende, provoca y acecha. Esa es su pasión. Es entonces cuando sale de su madriguera: es el trol.
2. El graciosete
¡El ingenio no entiende de límites! Gastar bromas forma parte de la identidad del graciosete: es su lema vital. Para él, todo en la vida es diversión, especialmente en internet. No puede resistir el impulso de dejar un comentario a un producto o un servicio que no tiene sentido pero que, desde su punto de vista, tiene gracia.
3. El egochulo
En internet se siente poderoso y fuerte, todo un aventurero. Ahí cualquiera puede dar su opinión, ahí se le escucha. Al menos es lo que cree. Cuando deja una valoración, aumenta su ego hasta límites insospechados. Por ejemplo: "Vaya batidora, no puedes hacer nada", "Vaya clase de yoga. ¡A nadie le gusta la postura del perro!".En cuanto escribe un par de críticas falsas, se mira en el espejo y se siente satisfecho. En la vida real no abre la boca, pero en internet, gracias a sus opiniones falsas, es toda una autoridad.
4. El rambo digital
Solo ante el peligro en la red. Dar a que algo no le gusta, los emojis y los insultos son las armas preferidas de los rambos digitales. Internet es su campo de batalla. Su estrategia: ¡el ataque! Sin reservas. No hay nada a salvo, ninguna pequeña banalidad queda «sin valorar» o, mejor, «sin arrasar». Él mismo tiende hacia la violencia absoluta; en su universo no existen divisiones: él es juez y verdugo en uno. Cuando su emboscada digital termina, no queda títere con cabeza.