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En la cartera, menos billetes y más tarjetas: el dinero plástico gana peso en España



    Más de la mitad de las compras a nivel mundial se abona con tarjeta. El dinero de plástico representa el 54 por ciento del volumen de pagos. Al menos, así ocurrió entre 2001 y 2006, según el informe de Capgemini, Royal Bank of Scotland (RBS) y la Asociación Europea de Dirección y Marketing Financiero (EFMA). En 2006 se realizaron 233.000 millones de transacciones con medios distintos del efectivo.

    En los cinco años que se han estudiado, el número de compras con tarjeta creció un 16 por ciento anual en el mundo y un 11 por ciento en Europa. Las más utilizadas son Visa, Mastercard y American Express, en este orden, tanto a nivel global como en España.

    Las tarjetas 'revolving'

    Este aumento se debe, según Jaime Marín, experto en medios de pago de Capgemini, a que hoy son más los productos y servicios "que se pueden pagar con tarjeta, como las multas o los impuestos. Otro gran motor ha sido la posibilidad de financiar las compras a plazos". Marín se refiere a las tarjetas 'revolving', importadas de Estados Unidos y parecidas a las de crédito, pero que permiten el cobro aplazado mediante una cuota fija, como si fuesen préstamos.

    Las carteras de los españoles dan cobijo a 75 millones de tarjetas, de acuerdo con los datos del Banco de España, de las que 46,2 millones son Visa (de media, más de dos por persona, según la compañía). Luis García Cristóbal, director general de Visa Europe en España, señala que las tarjetas "juegan un papel fundamental, al posibilitar el intercambio de bienes y servicios en entornos virtuales tan diversos como reservar un vuelo, comprar en una librería online o sacar las entradas del cine".

    El informe de Capgemini no tiene en cuenta la crisis económica actual, ya que el último año que considera es 2006. ¿Qué está ocurriendo ahora, en 2008? ¿Usamos más o menos que antes el dinero de plástico? Marín cree que "en momentos de crisis, la tarjeta 'revolving' va a ayudar a la gente a llegar a fin de mes, ya que conseguirán financiar parte de sus gastos ordinarios gracias a sus facilidades de pago. Los segmentos de población a los que se dirigen estos productos aumentarán y ello puede llevar -de hecho, puede estar haciéndolo ya- a elevar su morosidad".

    En 2007, Visa ha visto cómo su negocio en España seguía engordando: "Hemos seguido registrando un crecimiento en el uso de todos los tipos de tarjetas del 10,4 por ciento. El alza de su uso en comercios fue del 14,4 por ciento".

    España, menos 'metálica'

    Los datos de Visa encajan con los del Banco de España, que muestran que en 2007 siguió aumentando el número de operaciones que se realizaron con tarjeta en lugar de en metálico. En concreto fueron 1,8 millones de compras (un 16,5 por ciento más que en 2006) por un importe de 89.400 millones de euros (un 13 por ciento más). El número de terminales de punto de venta (los aparatos que permiten pagar con plástico en las tiendas) ha pasado de 46.000 a 1,4 millones entre 2002 y 2007.

    García Cristóbal explica que "en otros países europeos, como Reino Unido o Francia, las tarjetas se utilizan más, puesto que llevan más tiempo implantadas y no existía en ellos una cultura tan arraigada del uso del efectivo y del cheque como en España. Hoy podemos decir que el mercado de las tarjetas en España ha madurado".

    La banca española se sitúa entre las más sofisticadas del mundo pese a que, según señala Jaime Marín, "hemos sido más lentos y aprendido prácticas de mercados más avanzados, como Estados Unidos o Reino Unido. En EEUU incluso hay tarjetas cuyo límite está fijado en 100.000 dólares y la gente las emplea incluso para comprar un coche". Al principio costó introducir las tarjetas en este país porque el ciudadano las asociaba con un producto caro. Hoy, las de crédito son las que más crecen y ya suman 44 millones.