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Los ricos también donan: la filantropía busca ser profesional y transparente
"Dejar mucho dinero a tus hijos, no es muy inteligente". Esta sentencia proviene de dos de los hombres más ricos del mundo , Warren Buffet y Bill Gates, considerados por la revista Forbes primera y tercera fortunas del mundo. Tal vez por eso donan una gran parte de su hacienda a proyectos filantrópicos. De hecho, en 2005 entregaron 24.000 y 27.000 millones de dólares, respectivamente, a esta causa.
Estos dos grandes magnates estadounidenses encarnan en su faceta altruista lo que se conoce, al estilo americano, como filantrocapitalismo: gestionan sus donaciones y supervisan los resultados que se obtienen de ellas como si de una empresa se tratase, lo que en manos de estos expertos garantiza una eficiencia muy alta.
Bill Gates ya tiene la Fundación Bill y Melinda Gates, con la que Warren Buffet también colabora. Éste es un ejemplo de profesionalización de entidad no lucrativa transparente que trata de obtener el mayor rendimiento y beneficio posible de su actividad. Un ejemplo de ello, es su colaboración con el científico español Pedro Alonso, en Mozambique, donde colaboran en la investigación de una vacuna contra la malaria.
Casos como el de Goldman Sachs (GS.NY), que se ha sumado a la filantropía con 1.000 millones de dólares que piensa "sacar" a sus clientes, se expanden entre la élite norteamericana y la sociedad. Consecuencia: los norteamericanos son quienes más donaciones hacen. Casi 200 millones de euros en 2005.
La Europa del bienestar
En Europa, según el estudio La filantropía: Tendencias y perspectivas, presentado la semana pasada por FEF y La Fundación Profesor Uría, la dinámica es diferente y se colabora menos con esta causa por la mentalidad derivada de los estados del bienestar. Pero este hecho está empezando a cambiar y la actitud de mecenazgo va en aumento gracias a la acumulacion de capital generada durante las décadas precedentes.
Precisamente por eso, en España la filantropía debería fomentarse entre las nuevas élites económicas que se han ido gestando en los últimos años gracias al proceso de desarrollo tecnológico y financiero, lo que ha supuesto un crecimiento económico espectacular en nuestro país.
En el panorama europeo, España es el segundo país que más cantidad de dinero dona para fines filantrópicos. Según el profesor Víctor Pérez Díaz, director del estudio, "la modernización, los cambios culturales y la sociedad civil son las tres partes conectadas que aupan esta circunstancia y que están incentivando la necesidad de una profesionalización y transparencia del ejercicio filantrópico".
El porcentaje de personas que reconoce haber donado es directamente proporcional al sueldo. Eso sí, aunque donan más dinero los que más ganan, proporcionalmente, esta cantidad es menor que la que entregan quienes tienen sueldos más modestos. Según un estudio del CIS de 2006 los más dadivosos son "técnicos y cuadros medios", por encima de "directivos y profesionales".
Clase media
Por eso, en un cómputo total, las clases medias juntas suman mayor volumen que las élites. Según la Agencia Tributaria de la cantidad de donaciones declaradas en 2005 (330 millones de euros) correspondían, de media, 184 euros por donante. Pero la tendencia norteamericana llega a España y cada vez son más las cajas de ahorros, fundaciones o empresas a través de su RSC, las que toman una posición firme en el ejercicio filantrópico.
Ejemplos de ello, son fundaciones como las de las hermanas Esther y Alicia Koplowitz, que dividen sus fuerzas en frentes de acción social e investigación o las de la Fundación Rafael del Pino o Caja Navarra, que en 2006 destinó 14 millones de euros para proyectos relacionados con la discapacidad.
El estudio también destaca que a pesar de todo, los pobres tienen más conciencia social, ya que "el porcentaje de donativos en la colecta de los domingos en misa, los actos benéficos en el colegio de los niños o la limosna a un mendigo es probable que sea más alto entre las personas con rentas más bajas.