Pymes y Emprendedores
Los trabajadores hiperactivos pierden hasta 30 días laborales al año
¿Le cuesta concentrarse en su trabajo? Todo puede depender de qué web esté visitando o lo rutinaria y repetitiva que sea la tarea. Pero también existe otro factor que conviene tener en cuenta. Y es que usted puede padecer un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los costes de esta enfermedad en Estados Unidos alcanzan los 30.000 millones de dólares.
Una de las autoridades mundiales en el tratamiento de esta patología, el doctor Russell Barkley, ha estudiado los síntomas de este síndrome en adultos y sus consecuencias sobre su vida diaria y laboral. Según este experto, un adulto con TDAH es tres veces más probable que esté desempleado o deje su trabajo. También afronta más despidos y tiene un 47 por ciento más de posibilidades de tener problemas a la hora de ahorrar dinero o atender sus facturas, sin descontar sus dificultades para crear un entorno familiar o de amigos.
Personas normales
Pero que no cunda el pánico. Aunque no es un trastorno marginal ni mucho menos, no hay que estigmatizar a nadie. En realidad hablamos de una patología que suele empezar en la infancia y que se caracteriza por producir una especie de excesivo nerviosismo que impide a quien lo sufre estarse quieto, atender a lo que hace o que le obliga a abandonar las actividades antes de terminarlas.
La Organización Mundial de la Salud calcula que, en la edad adulta, el 3,5 por ciento de los trabajadores arrastra esta dolencia. Ahora, por vez primera, se ha cifrado también su coste laboral para las empresas. Según un estudio internacional en el que se ha encuestado a 7.075 trabajadores de diez países, incluido España, los afectados por TDAH pierden el equivalente a 30 días laborales .
El director del estudio, el holandés Ron de Graaf, explica a este diario que el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad "puede ser una medida efectiva para las empresas" para recuperar el tiempo perdido o mejorar la actividad laboral. Y es que los trabajadores afectados tienen una media de 8,4 días más de ausencias laborales por año. Esta cifra no es desdeñable para un país como España, que encabeza el ranking europeo de absentismo y pierde 652 millones de euros anuales en esta sangría laboral.
Al mayor absentismo hay que unir también el número de jornadas laborales en las que se reduce la actividad tanto en cantidad (21,7 días) como en calidad (13,6 días), según la estimación hecha por los propios trabajadores sobre su actividad durante el último mes.
Calidad de trabajo
Lo importante para los empresarios que esperan que sus empleados trabajen cuando están en su puesto es que las pérdidas laborales se producen no tanto en las jornadas de baja, sino en la calidad del trabajo, como se subraya en el estudio.
Ron de Graaf, director del Instituto de Salud Mental y Adicción de Utrecht, recomienda que una agencia especializada identifique a los trabajadores que presenten los principales síntomas de esta enfermedad, ya que "hay tratamientos que pueden ser efectivos" para mejorar su actividad y sólo una minoría está bajo tratamiento.
El doctor Josep Antoni Ramos Quiroga, psiquiatra del Hospital Vall D'Hebrón de Barcelona, explica que el TDAH "es una realidad laboral más". "Muchos pacientes acuden a la consulta porque tienen problemas en el ámbito laboral, hasta el punto de llegar al despido o a cambios continuos en el trabajo", como resultado de las dificultades de estos pacientes a la hora de organizarse laboralmente o persistir en sus tareas.
El nivel de ocupación es además relevante porque, en el caso español y francés, la dolencia afecta más a los obreros que a técnicos y directivos, al contrario que en Estados Unidos. Los costes directos e indirectos de esta dolencia entre la población juvenil superan los 30.000 millones de dólares en el país americano, cuando está demostrado que el tratamiento farmacológico o psicológico de este trastorno es eficaz, recuerda el doctor Ramos Quiroga. Provocado por cambios químicos en la dopamina y la noradrenalina, neurotransmisores cerebrales que regulan los niveles de la atención o los impulsos, se puede tratar con metilfenidato o la atomoxetina.