Pymes y Emprendedores
El ICO se vuelca en la Administración mientras el crédito a pymes decrece
- El saldo de préstamos directos a pymes cayó un 5% en 2012
La financiación a pymes se contrae hasta en el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por más que el Gobierno se aplique en exigir a la banca que abra la espita y les preste con el propósito final de dinamizar la economía -las pymes representan el 90% del tejido productivo nacional-. Esta suerte de banco público, impulsado por el Ejecutivo durante la crisis como herramienta de financiación alternativa, vio como el saldo de préstamos directos a pymes cayó un 5% el pasado año, hasta los 17.565,5 millones de euros.
Son datos del informe anual registrado por el organismo en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Otra rúbrica del balance que también da cuenta de la problemática es "Otros préstamos de mediación", que recoge entre otras líneas las previstas para dar liquidez a pymes y empresas de mediano tamaño, desciende un 9,57%, hasta 26.538 millones.
La otra cara de la moneda son las administraciones públicas. El préstamo para gobiernos centrales, autonómicos y locales, y empresas públicas se disparó un 98,89% y excedió los 22.679 millones. La razón son los programas especiales articulados en socorro de autonomías y ayuntamientos, cuyos impagos amenazaban con dañar a sus proveedores.
Pago a proveedores
El Fondo de Financiación para el Pago a Proveedores comprometió 6.386,86 millones del ICO. El importe inicial del fondo estaba previsto en hasta 35.000 millones -incluidos los recursos comprometidos por la banca-, aunque se utilizaron 27.000 millones. Va también a autónomos y empresas de diverso tamaño, pero es pago de deudas no inyección de dinero fresco para acometer proyectos.
El resultado de ambas evoluciones es que el crédito final del ICO creció un 13,73%, hasta 91.131 millones. Una situación que hace que el organismo represente ya el 3,4% del sistema de financiación y haya concedido el 10,4% del crédito a empresas a más de un año -se contrajo un 8% en la banca-.
El ICO se tropieza con que algunas de sus líneas no se agotan por la misma falta de demanda solvente que drena el crédito en la banca. Ofrece su financiación a través de las sucursales de bancos, donde los solicitantes deben superar el preceptivo examen de perfil de riesgo. Se da la paradoja de que la banca puede exigirles, incluso, mayores garantías, ya que el interés que se cobra en estas líneas es inferior al del mercado y no están dispuestas asumir riesgos superiores con un cliente menos rentable. Una demanda constante del sector al Gobierno para suavizar las exigencias es que el ICO cubra parte de la potencial morosidad, algo muy limitado en la actualidad -aún así sus pérdidas por deterioro subieron un 64%, hasta 1.571 millones-.