Pymes y Emprendedores
El cambio de mentalidad de las familias, clave para formentar el emprendimiento
- Hay que valorar el peso de las políticas públicas
Se puede recurrir a la sociología o a las cifras. En este caso, ambas no solo son compatibles sino necesarias para entender lo que pasa con la tasa emprendedora en España. Dicho en frío, la TEA (tasa de iniciativa de entre cero y 3,5 años en el mercado sobre la población de entre 18 y 64 años residente en España) fue de 5,7% el año pasado, una décima menos que el año anterior.
De todas estas iniciativas convertidas en negocio, el 25,6% fueron por necesidad, a la falta de alternativas de empleo, y no por oportunidad.
Son solo algunos de los datos del informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM): Informe ejecutivo España 2012, esa especie de biblia de la actividad emprendedora que ayer se presentó en la Fundación Rafael del Pino.
Una tasa que Ricardo Hernández, director ejecutivo del informe, valora de forma positiva. "Está bien, dentro del contexto de fuerte recesión en el que nos encontramos. Estamos muy parecidos a Reino Unido, Finlandia, Suecia, Grecia...", aclaró.
Papel familiar
Pero, más allá de la frialdad de los números, Hernández acudió de lleno a la zona caliente, al meollo que explica buena parte del poco afán emprendedor en España si lo comparamos con otros países avanzados. "El cambio de mentalidad es la primera barrera del emprendimiento", dijo.
Otra forma de pensar en el que las familias tienen un papel destacado. "Antes te recomendaban que te sacaras una oposición o entrar a trabajar en una caja de ahorros, que al fin y al cabo era lo mismo. Pero esas opciones ya no existen y las familias están cambiando... afortunadamente", añadió.
Y el fracaso. Ese estigma que frena a muchas de las ideas que pululan y que tanto se penaliza en España. El informe revela que el 53% de los encuestados afirma que el miedo a que las cosas no salgan bien es un obstáculo a la hora de arrancar con un negocio. Y lejos de disminuir, ha aumentado, puesto que en 2011 este porcentaje se quedaba en el 51,8%.
Eso no quita, en todo caso, que no haya que tener en cuenta el peso de las políticas públicas en todo este asunto. La imagen del empresario y del emprendedor hay que trabajarla, comentó. Como si fueran cosas distintas, al parecer. Desde el Gobierno se lleva tiempo trabajando en una Ley de Emprendedores. Y en Bruselas también. Aunque los datos que recoge el informe sean anteriores a las medidas adoptadas por el ejecutivo de Mariano Rajoy. "En todo caso, ninguna medida del Gobierno da igual y acabarán teniendo su repercusión", dijo.
Mientras, se siguen creando negocios con poca visión de largo plazo. Dedicadas -tal y como han reflejado los GEM de últimas ediciones- al sector servicios, al comercio, en una muestra de que las ganas de emprender vienen motivadas por motivos poco ambiciosos, en muchos de los casos. "Todo aquel que lo hace por necesidad no busca sino el autoempleo, así que se acaban montando negocios poco ligados a la innovación, a la tecnología, y con escasa capacidad de internacionalización... Nacen con poca competitividad", señaló Federico Gutiérrez-Solana, director general del CISE (Centro Internacional Santander Emprendimiento), una institución promovida por el banco que preside Emilio Botín y que participa en la elaboración del informe. Aun así, Ricardo Hernández explicó un dato "esperanzador", que es el repunte de las empresas con base tecnológica, nacidas en su mayoría en parque científicos y otras incubadoras de negocios.
Otra mente, otra educación
Si bien es cierto que estas nuevas empresas nacen con un capital reducido ?teniendo en cuenta que las puertas de las entidades financieras están cerradas?, algunos se resisten a ver el vaso medio vacío. Amadeo Petitbó, director general de la Fundación Rafael del Pino, explicó que esos conocimientos tecnológicos podrán trasladarse a etapas y empresas de mayor capital y habló de dos urgencias. La primera, modificar los planes de estudio para que asignaturas como economía y gestión de empresa estén presentes en todas las carreras universitarias. La segunda, remover las barreras de entrada y de salida, para que si se fracasa no se tarde tanto en poder empezar una nueva aventura.