Pymes y Emprendedores
'Sí quiero', pero ¿puedo? Una boda cuesta cerca de 21.000 euros en España
Pero la crisis no entiende de amores, ni de contratos sociales y ahora los novios, puestos a alegir, reducen gastos en el banquete.
En España el amor eterno vale 20.805 euros. Es el coste de una boda según los datos de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (Fuci), que ha tomado como modelo un enlace tipo con 100 comensales en más de una veintena de ciudades españolas. Un gasto que se ha reducido un 9 por ciento con respecto al año anterior.
Aun así, resulta un dineral si se tiene en cuenta que sólo durante 2006 se celebraron en España 203.453 matrimonios, según los últimos datos disponibles en el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Menús más baratos
"El banquete se lleva la mitad del presupuesto, así que los novios están recortando esa partida. Escogen menús un poco más baratos, por ejemplo unos diez euros menos por comensal, aprovechando que en estos momentos existe una mayor oferta en el mercado", aclara Miguel Torres, responsable del área económica de Fuci. En función del restaurante y menú elegido, el coste por invitado puede variar entre los 55 y los 120 euros; un gasto al que hay que añadir la música y la barra libre, para lo que habrá que desembolsar unos 1.650 euros.
Pero no es que a los tortolitos españoles les haya dado un ataque de prudencia. En el resto de partidas habituales no existe la palabra ahorro. El vestido de novia sigue siendo lo más observado sin excepción por parte de los asistentes. Por muy sencillito que lo quiera, no encontrará nada por menos de 850 euros. Eso sin contar con los zapatos, los complementos, el maquillaje, el peinado y el ramo, que elevan esta cantidad hasta más de 2.000 euros de media. Ellos, siempre más discretos, se gastan en su vestuario entre 500 y 1.230 euros de media, aunque los novios están ganando protagonismo. Los trajes de la firma Ottavio Nuccio, por ejemplo, no bajan de los 940 euros, y los hay hasta de 1.400 euros. ¿Agobiado por las cifras? Pues aún falta el apartado alianzas, arras, invitaciones, flores y el mítico reportaje de fotos y video con el que obsequiar a los amigos en cuanto se sucedan las visitas tras volver de la luna de miel, un regalo para el que conviene preparar un cheque superior a los 2.500 euros.
Préstamos
¿Prudencia entonces? No, nunca. Por eso los novios, dispuestos a reducir gastos, pero sólo un poco, tiran de ese amigo que nunca falla para convertir ese día en un momento inolvidable: el crédito rápido. Los datos de Fuci indican que en uno de cada tres casos las parejas recurren a él para demostrar a los asistentes su poderío. Y si no, ahí están los padres, que cubren parte de los gastos del 71 por ciento de las bodas celebradas en España, según los datos de Expotecnic, la empresa que organiza la feria Las mil y una bodas.
Vestidos al vacío
Así, no extraña que al calor de los enlaces matrimoniales hayan surgido negocios originales como Eternal Dress. Bajo este enigmático nombre se encuentra una empresa que guarda los vestidos de los contrayentes en una caja al vacío por 100 euros. Una tradición bastante frecuente en EEUU pero que apenas lleva unos cuantos años en España. Pero si piensa pedir un crédito y aun así no le cuadran las cuentas, le proponemos otra solución: celebre su boda en otra ciudad. La diferencia entre hacerlo en Madrid y en Canarias es de casi 6.000 euros. Una media de 24.115 euros se gastan los vecinos de la primera comunidad, mientras que a los de las islas afortunadas el enlace les sale por 18.350 euros, según Fuci.
En cuanto a las reclamaciones, y aunque ese día no salga todo perfecto, son escasas. Sólo 308 llegaron a las oficinas de Fuci el año pasado, casi todas ellas relacionadas con el restaurante -distintas calidades a las ofertadas, aparición de conceptos no pactados en la factura- y la luna de miel, como la cancelación de vuelos y el alojamiento en hoteles de menos calidad. "En la mayoría de los casos las partes resuelven directamente el conflicto y además, los novios suelen ser más permisivos ese día". Una palabra que no se aplica a la hora de evitar las rupturas matrimoniales.