Pymes y Emprendedores
"Tener una empresa es como ir en barco: navegas con todos los mares"
Encerrar a Teresa Sapey en una cárcel de renglones y papel no es fácil. Porque, si algo caracteriza a esta italiana "camaleónica" es su energía incontenible. Y es que todo en Sapey es ansia creativa y movimiento: los agitados rizos rubio champán, la mirada afilada, que todo quiere tocarlo,...
Afincada en Madrid desde hace más de 20 años, Sapey, arquitecta e interiorista, lleva otros tantos influyendo en el mundo del arte con proyectos, colaboraciones, conferencias, etc. Su último retoño: el diseño interior del nuevo establecimiento de la cadena Hotel Room Mate en Barcelona, llamado Pau. Teresa Sapey, creadora incansable de espacios y emociones, habla con elEconomista.
Hay gente que elige la carrera un poco por casualidad...
No, lo mío fue genético. Con seis años dije: "Quiero ser arquitecto". Siempre me ha gustado dibujar y pintar, es lo único que sé hacer. Así que para mí fue normal hacer arquitectura. Era algo que llevaba en el alma.
¿Cómo tomó la decisión de crear su propia empresa?
Vine a España por amor, que es, creo, la razón por la que uno se mueve siempre en la vida. Empecé a trabajar en un estudio, pero luego necesitaba proyectar mi propia casa. Así que comencé a buscar trabajo sola. No tuve elección: la vida tomó la decisión por mí.
¿Cómo le ha ido desde entonces?
Bien, mal, bien, mal... Tener una empresa es como ir en barco: hay días de borrasca, hay días de mar tranquilo. Navegas con todos los mares. Claramente es una vía diferente; y hay días en que te arrepientes de todo, incluso de cómo te llamas. Esto depende del humor, y yo soy muy camaleónica: cambio de color, de personaje, de opinión,... Pero no sé qué es ser empleada, así que en esta vida viviré como empresaria.
Y, como empresaria, ¿alguna vez se ha encontrado con algún tipo de trabas por el hecho de ser mujer?
No, nunca. Últimamente, cuando trabajo, ya digo que soy asexuada. Soy un ser pensante y creativo. No sé si soy hombre o mujer, no tengo ese problema, ni complejo, ni me importa.
¿Qué opina de un cierto perfil de 'arquitectos estrella', como Santiago Calatrava, a los que parece írseles el éxito de las manos?
Bueno, lo de Santiago Calatrava es demencial y de vergüenza. Porque si hay alguien que es un genio, es Calatrava. Pero le han encargado tanto que ni ha tenido tiempo de ser genial, y se ha convertido en un payaso espacial (con cariño).
Otro estilo de arquitectura es el de Joaquín Torres, muy ligado al mundo del lujo y de los famosos...
Sí, es otro tipo de arquitectura; hay espacio para discursos diferentes, si no seríamos todos iguales. Pero el lujo no es equivalente al dinero, es la suma de muchas cosas...
¿Cómo definiría entonces la palabra lujo?
Sensibilidad. Si eres sensible, eres refinado y te gusta el detalle. Puedes ser una persona muy refinada y muy lujosa y tener cero dinero. El lujo es algo que se lleva en el alma, como la nobleza: es de raza. En arquitectura, puedes hacer un proyecto con materiales muy pobres pero de enorme sensibilidad estética, porque esté muy bien dibujado el pensamiento. Fue el caso del proyecto con Ikea, construido con palés de madera. También los párquines que he diseñado son de lujo, y están hechos de nada: de color. No hay que confundir el lujo con el precio de un material. El lujo es un proyecto, es tu creatividad.
Usted dice que tiene muchas caras: una de ellas, la que puso a una crema de Nivea...
Sí. Me llamaron: "Estamos buscando a un arquitecto de middle age. Usted es muy mediática, ¿le gustaría hacer un anuncio?". Y respondí que sí. Porque además de anunciar una crema anunciaba una profesión que puede ayudar a salir de la crisis. Justo en este momento es cuando se necesita a la arquitectura. Porque es un trabajo creativo, y para salir de la crisis hay que emplear la creatividad. Si no, no saldremos.
Otro tema recurrente con la crisis es el de la sostenibilidad...
Sí. Ahora se está enfatizando mucho, pero un proyecto, si es bueno, siempre ha tenido que ser sostenible. También en arquitectura: tiene que ser respetuoso con el entorno, ahorrar, tener los materiales justos, etc. La buena arquitectura puede hacerte la vida más fácil, adaptar mejor los espacios, ¡puede hacerte soñar!
¿Qué la inspira a la hora de enfrentarse a un proyecto?
¡El mundo, la vida! La sonrisa, la emoción, la energía, el amor, ¡te inspiran (chasquea los dedos)! Yo ahora mientras hablaba he estado mirando con el rabillo del ojo el zócalo de la lámpara, la alfombra, el cable. Esto me dará un impulso, una inspiración, o no. Me habla.
¿Qué palabras la definirían mejor?
Emoción y creatividad. Y están muy ligadas: sin emoción no se puede ser creativo. Porque la creatividad se nutre de la necesidad, del defenderse,... Si eres plano, si no tienes pasión, no puedes ser creativo.