Pymes y Emprendedores

Al Gore ya tiene entrenado en España a su ejército para "salvar el planeta"



    "Las empresas en España van por delante de los políticos", aseguró Al Gore a sus discípulos en España, a pesar de que la crítica les llegara a algunos de ellos directamente, como el ex ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, o la presidenta del Parlamento andaluz, María del Mar Moreno, presentes en el acto a título personal.

    No obstante, Al Gore elogió a España por ser un país "comprometido" con el cambio climático, pero marcó distancias para evitar cualquier sello ideológico. Adviertió de "la posible desaparición del águila imperial" y, sobre todo, de "los efectos negativos en el parque de Doñana". Al Gore planteó que nos enfrentamos al reto de "salvar el planeta", que aunque hemos tomado conciencia de la existencia del problema del cambio climático... "es una crisis planetaria". "Pero estamos a tiempo", les dice Juan Verde, responsable de Cambio Climático España, exultante, tras una semana tormentosa y política.

    Al Gore destripó ante su grupo español de activistas sus claves, mostró sus esperanzas de que Estados Unidos, en 2008, vuelva a tener "el liderazgo moral" pero admite que la Unión Europea está por delante, Sarzkozy por ejemplo. Gore dejó sobrecogidos a sus nuevos 'soldados' por los datos complementarios sobre la magnitud del cambio climático. Dispondrán de una estructura permanente de apoyo en España. Argumentarios, formación adicional, herramientas, y datos que se actualizarán permanentemente.

    Los formados conversan entre ellos, se sienten "mejores personas", pero saben -afirma Juan Verde- que tienen que ser personas "que sepan comunicar, quieran comunicar y tengan tiempo de comunicar". La batalla de la verdad incómoda comienza ahora. Les insisten en que "el proyecto se basa en un dilema moral y ético, y no político, ideológico, espiritual, religioso o de otra índole". Llamazares no estuvo.

    Al Gore vive al detalle su presentación, y se apoya en el asesor científico Henry Pollack. En la jornada hace un hueco para conversar con Chaves y algunos líderes sociales en una habitación del hotel. Y se alegra de encontrarse con el premio Nobel de Física 1984 Carlo Rubbia, entrevistado este fin de semana por elEconomista.

    Se hace fotos con todo el que lo desea y promete estudiar la grave denuncia que fuera y dentro del recinto hace el escritor Alberto Vázquez Figueroa, uno de sus discípulos aventajados, comprometido con el mensaje de Al Gore que, como todos los presentes, divulgará por España sin dejar de observar el riguroso acuerdo que todos los presentes han firmado con la organización. Hay una decena de periodistas comprometidos, "a nivel personal", aclaran. ¿Lo mejor de todo? El intercambio de experiencias entre personas de la más variada condición. ¿Lo peor? La falta de tiempo y la necesidad de consultar dudas online. Todo va muy rápido en el encuentro, "tanto como el cambio climático", reitera Gore. El entrenamiento les sabe a poco para enfrentarse a otro ejército, el de los escépticos. El periodista y profesor Ángel Ignacio Lafuente es, tras Gore, lo más apreciado. En apenas cuarenta y cinco minutos les enseña a "hablar con eficacia", las "reglas de oro de la palabra hablada", que Gore cumple. Si 6.100 millones de individuos pueblan la Tierra, todos tienen derecho a enviar "su mensaje".