Pymes y Emprendedores
Como a los banqueros: la UE plantea corsés para los bonus de los altos cargos
La Comisión Europea se propone dar un vuelco a los consejos de administración de las empresas: más participación de mujeres y extranjeros, corsés sobre las remuneraciones, limitación del número de cargos de los consejeros.
Todas esas cuestiones están entre los temas planteados por el Libro Verde sobre el buen gobierno de las empresas o corporate governance que hoy prevé desvelar el conservador francés Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior.
Según los documentos a los que ya ha tenido acceso elEconomista, el Ejecutivo comunitario plantea en su Libro Verde la cuestión de si es conveniente encorsetar los sueldos de los jefazos del mundo empresarial en general, siguiendo el ejemplo de la reciente reforma sobre la reglamentación financiera. Reforma en la que la UE ha intentado atar en corto las remuneraciones variables (primas y bonus) de los banqueros.
El objetivo, como en el caso de la banca, sería evitar que estos incentivos induzcan a tomar riesgos excesivos a corto plazo, cuyos resultados a medio y largo plazo sean tan nefastos como la aún en curso crisis financiera y económica global. Bruselas pone el énfasis, fuera del sector bancario, en que las políticas de remuneración de cada empresa sean públicas y estén sometidas al voto de la junta general de accionistas.
Bruselas también sugiere limitar el número de cargos que pueda acumular simultáneamente un consejero. Objetivo: garantizar que no se limite a recibir puntualmente retribuciones de una larga nómina de compañías, y que tenga tiempo para dedicarse seriamente a su obligación: controlar la gestión del consejero delegado y demás directivos ejecutivos.
Y sondea que se evalúe si los consejeros son apropiados para el cargo; lo que podría evitar la legión de políticos que tras su ocaso en los poderes públicos terminan encontrando acomodo en los consejos de administración sin que necesariamente su perfil corresponda.
Más variados, menos pasivos
Otra cuestión es la conveniencia de que los consejos de administración tengan una composición más variada. Lo que debería redundar en una mayor eficacia y en aportaciones más ricas de experiencias y puntos de vista. Bruselas vuelve a impulsar el debate sobre la presencia femenina en las cúpulas empresariales. Pero también reclama que la variedad se extienda a la nacionalidad, el origen profesional y la formación.
El documento lamenta que el 68 por ciento de las empresas polacas cotizadas no tenga ningún consejero extranjero, cifra que en Italia es del 58 por ciento y en España del 46 por ciento.
Bruselas considera que una de las lecciones de la crisis global es que los consejeros fracasaron en sus funciones de supervisión, por pasivos y por incapaces de poner en tela de juicio a los gestores. Y en lugar de articular debates con sustancia, se dejaron llevar por las opiniones más generalizadas. Bruselas también quiere elevar el papel y la jerarquía de los ejecutivos y los organismos internos responsables de evaluar y gestionar riesgos.
Conflictos de interés
El Libro Verde también plantea cómo mejorar el compromiso de los accionistas con las empresas, para que no sea un mero interés por el dividendo a corto plazo. Y, entre otras ideas, evoca mecanismos para que las empresas puedan identificar quiénes son sus accionistas y mejorar su cooperación con ellos. El documento también aborda a las consultoras que asesoran a los accionistas en cuestiones como el voto en las juntas generales, y sus posibles conflictos de interés; y los derechos de los minoritarios.
Los libros verdes son documentos a través de los que Bruselas plantea un debate público a todos los sectores con intereses por defender en la cuestión: autoridades públicas, empresas, lobbies, organizaciones profesionales, organizaciones no gubernamentales, etcétera. No contienen propuestas concretas, pero anuncian la intención del Ejecutivo comunitario de sondear un sector antes de adoptar medidas, y contienen el embrión.
Esta consulta concreta sobre gobierno corporativo estará abierta hasta julio. El buen gobierno de las empresas o corporate governance se refiere a la gestión y control de las compañías; y a las relaciones entre los gestores, los consejeros, los accionistas y otros grupos de interés. Bruselas estudiará las reacciones que le lleguen y luego se planteará si es necesario legislar.
Este terreno ha estado hasta la fecha mayoritariamente sometido a la autorregulación, códigos de conducta y recomendaciones. Y la legislación comunitaria contempla que los grupos cotizados se tengan que someter a un código de conducta y si lo incumplen, justificarse.
El comisario Barnier ya ha expresado públicamente: "Hay que mejorar el gobierno de las empresas para que sea más responsable y rinda cuentas. Aún necesitamos debatir sobre cómo poner estas medidas en marcha, pero que quede claro que no podremos confiar sólo en códigos voluntarios".