Pymes y Emprendedores
Más de un tercio de las pymes que innovan subcontratan su I+D+i
- Los centros tecnológicos y las universidades, un buen punto de partida
Los servicios de limpieza de oficinas, el mantenimiento informático, los centros de atención al cliente, la gestión de nóminas... Son algunos de los servicios que muchas pymes subcontratan ante el alto coste, en términos de dinero, tiempo y personal, que les supondría desarrollar los mismos departamentos a nivel interno.
Pero, ¿y si se subcontratara también la I+D+i? Ésta es la solución que una de cada tres empresas que innovan (el 31,8%) ha encontrado con la crisis, según un estudio sobre los patrones de transferencia de tecnología elaborado por Cotec. Y es que subcontratar la innovación, o derivar las tareas de investigar nuevos modos de producción y gestión a terceros, resulta una vía asequible para el bolsillo y capacidad de inversión de las pequeñas empresas.
"Para las pymes, la innovación es una cuestión de supervivencia. Una empresa que no innova va a ser desplazada del mercado, por eso necesita estar abierta a investigar nuevos procesos de producción y organización", dice al respecto Lourdes Arana, directora general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt). Considera que, a pesar de las dificultades económicas que atraviesan muchas de estas compañías, cerrar el grifo a los presupuestos de I+D no es una solución viable: "Lo primero que hay que decirles (a las pymes) es que un gasto en I+D, más que gasto es inversión, porque existe una correlación entre lo que inviertes en I+D y la evolución de la facturación de la empresa".
¿Interno o externo?
Sin embargo, el principal problema no es que las pymes no hayan asumido que invertir en innovación es asegurar su futuro, sino que todavía no han aprendido a aprovechar los conocimientos de otros en lugar de desarrollar los suyos. "La innovación es una cuestión de talento, y el talento no está donde uno quiere", dice al respecto Juan Mulet, director general de Cotec. "Ninguna empresa puede generar todo el conocimiento y tecnología que necesita para poner productos y servicios en el mercado", añade Javier Ruiz, socio de Europraxis. ¿Qué significa esto?
Que muchas pymes se ven abrumadas ante el capital que necesitan para poner en marcha departamentos internos de I+D, con lo que terminan congelando esos planes de futuro. Otras, en cambio, descubren que eso mismo lo pueden hacer otros. "Una vía es comprar licencias o patentes de terceros, pero también se pueden contratar investigaciones para un proyecto específico, o para parte de él", explica desde Europraxis Juan Antonio Fernández Tellechea.
Dos ejemplos a imitar
Así, por ejemplo, las pymes pueden aprovechar las capacidades de los centros tecnológicos o de las universidades para financiar investigaciones específicas que solucionen sus necesidades. Ésta fue la fórmula que aplicó EcoWash, una empresa de lavado de vehículos creada en 2003.
Ellos necesitaban desarrollar un producto innovador que les mejorara ante la competencia. Pensaron en diseñar un jabón para carrocerías que no necesitara aclararse con agua. Sin embargo, ninguno de los socios fundadores era experto en química y tenían dos opciones: crear un departamento interno, con el consiguiente gasto en contratación de personal investigador y materiales, o subcontratar dicha investigación. Hicieron lo segundo. "Destinamos unos 320.000 euros y nuestros amigos nos tomaban por locos, pero dio resultado", afirma Adrián Martel, director general de la firma, que hoy cuenta con más de 40 sucursales.
Bindo es otro ejemplo de cómo subcontratar la I+D con éxito. En su caso, lo que necesitaban eran unas hebillas de plástico flexibles que pudieran incorporar a su sistema de encuadernación. "Tuvimos que buscar un ingeniero especializado en plásticos y una empresa que nos hiciera las variaciones de los moldes", relata su director comercial Antonio Galván, satisfecho con el resultado.