Pymes y Emprendedores
¿Trabaja con miedo? Identificarlo ayudará a su empresa a ser más productiva
Pero detrás, entre bastidores, se encuentra la cruda realidad: presión por los resultados, luchas de poder, riesgo de despidos y, por supuesto, nuestro querido miedo.
Matizando los términos
Una puntualización: si el término miedo le produce una cierta "urticaria intelectual" o, simplemente, niega sus existencia, tal vez prefiera pensar en temor, ansiedad o estrés. Todas estas emociones tienen en común que se activan cuando percibimos amenazas y que nos hacen pagar un alto precio, en nuestra vida y en nuestro desempeño.
Nadie lo reconocerá abiertamente, pero el miedo ha sido empleado como método de gestión en las empresas durante siglos (y se continúa empleando). Pues bien, ¡rescatémoslo del silencio! Sólo cuando lo hagamos nos daremos cuenta de que existe otra alternativa.
Tal vez más compleja, pero, sin duda, mucho más rentable: la opción del NoMiedo, basada en el talento, el cambio y la innovación. No hablamos de teorías, sino de hechos contrastados. Existen empresas y profesionales que la han aplicado y con excelentes resultados. No son sólo palabras bonitas, hablamos de números y de felicidad. ¿No cree que vale la pena intentarlo?
Desafíos que debemos afrontar
Para ello debemos hacer frente a dos desafíos, uno relacionado con nosotros y otro, con nuestras empresas. El primero consistirá en liberarnos de la gran cadena del miedo: desarrollar todo nuestro potencial, a menudo encorsetado por nuestras propias inseguridades, aunque nos vistamos con corbatas de Hermés o trajes de Dior.
El segundo, evitar la gestión basada en el miedo: sí, es cierto, ha sido el modelo clásico de gestión y ha funcionado, pero también funcionaban los carruajes de caballos y las impresoras matriciales. Los éxitos del pasado no garantizan los del futuro. El futuro pertenece a quien sea capaz de enamorarlo, ya sea una empresa o una persona, siempre y cuando se atreva a romper las reglas del juego y a crecer sobre sí mismo.
"Como seres humanos, nuestra grandeza radica no tanto en nuestra capacidad para rehacer el mundo sino en rehacernos a nosotros mismos", dijo Mahatma Gandhi.
Comenzaremos el viaje por el NoMiedo analizando las raíces biológicas de esta emoción, para entender que nadie está libre de ella. Después, nos detendremos en los tipos de miedos que cada uno sentimos e inspiramos en la empresa. Analizaremos el precio que pagan las compañías y las personas bajo su influencia. Y finalizaremos centrándonos en los desafíos para quien desee aislar sus efectos.
Analizando el miedo
¿Preparado para su conquista? Cada uno de nosotros tiene uno o varios tipos de miedo e incluso el mismo miedo puede ser percibido de forma distinta según quién lo sienta. Una muestra más de nuestra complejidad. A pesar de ello, podemos identificar cinco grandes grupos, basándonos en las tipologías de la motivación.
¿Qué nos motiva en el trabajo? No es una respuesta fácil, pues existen multitud de teorías que intentan explicar la motivación, pero quizás una de las más aceptadas es la propuesta por David McClelland. Según este profesor de Harvard, tenemos tres tipos de motivos que explican nuestro comportamiento en el trabajo: logro, afiliación y poder o influencia.
Pero los motivos anteriores son sólo una cara de la moneda. En la otra cara se oculta nuestro miedo. Alguien muy orientado al logro probablemente huirá del fracaso. A aquel que necesite sentirse integrado en el grupo le aterrará el rechazo o la soledad.
A quien le motive influir, la pérdida de poder será su peor pesadilla. Por supuesto, son casos extremos. A los miedos anteriores les tenemos que añadir otros dos igual de importantes: a la no supervivencia (no llegar a final de mes) y al cambio.
Los cinco tipos de miedos están íntimamente relacionados y son grandes cajones de sastre donde se guardan muchos otros temores. Todos nos ayudan a continuar en una empresa, pero cuando perjudican nuestro talento actúan como tóxicos. El doctor Jekyll puede transformarse en el terrible Hyde y acabar con la cuenta de resultados y nuestra felicidad.
El miedo en la empresa
Nuestro miedo más importante, como suele suceder, depende de muchos factores: edad, posición en la jerarquía, crecimiento personal... Mientras que a un obrero no cualificado le preocupará cómo llegar a fin de mes, a un directivo de empresa le inquietará perder su tarjeta de visita y todo lo que eso conlleva (Audi, Visa de empresa...). Aunque a pesar de ello, tanto el obrero como el directivo de primer nivel seguramente compartirán varios de los miedos que aquí mencionamos.
Pero hay más, cada uno de nosotros acumulamos varios temores al mismo tiempo. Nuestro obrero puede estar preocupado por no influir en sus compañeros y nuestro directivos por ser rechazado por sus amigos. Sin embargo, si tuviéramos que seleccionar el miedo estrella en las empresas, el premio se lo llevaría el miedo al fracaso.
Al menos éste fue el resultado de un estudio realizado sobre 185 mandos medios y directivos. Y es lógico, las compañías actúan en función de objetivos y no alcanzarlos suele implicar consecuencias poco deseables.