Pymes y Emprendedores

Las pymes del sector textil necesitan caer 'en la Red' para salvar su futuro

    Ilustración de Turcios.


    Las nuevas tecnologías, el trato al cliente y la especialización están entre sus mejores bazas ahora que la moda, calzado y complementos son la segunda opción de compra en Internet.

    "El café lleva comercializándose ¿cuánto, 600 años? Pues bien, han tenido que venir los señores de Nespresso para vendernos un nuevo concepto de un producto tan antiguo, y encima lo compramos unas diez veces más caro", cuenta Borja Oria, consejero delegado de Musgo y presidente de Acotex, la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos de la Comunidad de Madrid. Oria se sirve de este ejemplo para explicar el reto que le queda a las empresas del sector en estos tiempos de incertidumbre: "Hay que reinventarse".

    Será uno de los temas que tratará el encuentro Mentes & moda, que se celebra este viernes (día 3) en Madrid y que reunirá a varios actores del sector textil para explicar hacia dónde se dirige el sector.

    Diego de Vicente, director general de Moddo.com, tiene muy claro que las mejoras vienen de la mano de las nuevas tecnologías. En primer lugar, se sirve de uno de los últimos estudios -en este caso de Nielsen- que asegura que la moda, el zapato y los complementos ocupan ya el segundo puesto en cuanto a compras por Internet. "Las pymes tienen una enorme oportunidad con la Red", dice. Sin embargo, parece que aún no se han dado cuenta. Ejemplo de ello es que incluso una gran cadena, como es el caso de Zara, no disponía de una tienda online hasta esta misma semana.

    "El novio de la niña"

    Claro, suena hasta fácil, pero a ver quién le dice a una pequeña empresa que toca rascarse el bolsillo para pensar en Internet. De Vicente contraataca: "Si inviertes un dineral, 1.000 euros por metro cuadrado, en un local, ¿por qué no en Internet?", cuenta. Y critica a todos esos pequeños empresarios que han concebido la Red como "algo barato que puede hacer el novio de su hija". Y desmiente dos ideas. La primera, que la inversión para acometer un proyecto de este tipo debe ser elevada. "En realidad no tiene por qué suponer más de 300 ó 400 euros, mucho menos de lo que supone el alquiler, los salarios del personal y los gastos fijos".

    Tampoco es cosa de contratar expertos en Internet. "La marca más reconocida en Internet es Starbucks y sólo tienen a seis personas contratadas para redes sociales en todo el mundo", cuenta. "Realmente, la presencia en Internet no supone tanto esfuerzo. Lo que sí supone un reto para las empresas, y más para las microempresas, es el mantener viva esa web. Es decir no podemos crear una página y no alimentarla con actualizaciones porque eso provoca aburrimiento y falta de interés en el internauta", señala Luis Torres, profesor del máster en Marketing y Comunicación de Moda de la Escuela Superior de Moda y Empresa (ESME). Entre los consejos, Diego de Vicente destaca que la estética no es tan importante a la hora de diseñar una web. "El 95 por ciento de la gente que usa Internet le da al botón skip intro cuando aparece un flash. Van al grano, quieren rapidez y fiabilidad, no romanticismo", comenta.

    A veces, es cuestión de ser originales. De Vicente cita como ejemplo la empresa www.swoopo.com, que vende artículos de la industria del entretenimiento, que combina acciones del mundo real con el virtual; también www.woop.com, un modelo de negocio que se basa en la oferta del día de un único producto; y como www.moosejaw.com, un ejemplo de empresa que hace colecciones de ropa sólo para Internet.

    Para Borja Oria, de Acotex, el hecho de que haya empresas como Inditex que lideran el sector en el mundo hace que el resto de empresas en el mercado español se hayan esforzado por ser más eficientes y competitivas. "No olvidemos que las pequeñas empresas siguen teniendo un peso enorme en la cuota de mercado", recuerda.

    Aparte de la tecnología, Oria comenta otras dos ventajas que pueden aportar las pequeñas empresas del sector: especialización y trato al cliente "donde quizá las grandes cadenas no llegan".