Pymes y Emprendedores

'Estrujar' el negocio del vino para obtener cosmética de alta gama

    Sede social de Emina en Valbuena de Duero.


    A bodegas Matarromera, en Valbuena de Duero, Valladolid, se las conoce por sus vinos, pero este negocio familiar, que cuenta con la segunda mayor propiedad de viñedo de Castilla y León, no para de innovar y tras lanzar su primer vino sin alcohol, su nueva estrategia empresarial pasa por adentrarse en el mundo de la cosmética de alta gama, pero a precios razonables. De hecho, ya han firmado un acuerdo de venta con El Corte Inglés para sus centros de Madrid y Castilla y León.

    Como destaca su presidente, Carlos Moro, "desde que nació la bodega en 1988 siempre hemos creído que el crecimiento del negocio pasaba por poner en marcha nuevos proyectos y, desde entonces, y hasta 2006, año en que se inauguró la sede social de Emina, hemos creado siete bodegas (Matarromera, Emina, Renacimiento, Valdelosfrailes, Rento, Cyan y Emina Rueda) además de una destilería, un restaurante, una casa rural... y lo más nuevo, una planta de extracción de polifenoles y otra de desalcoholización (en marcha), además de un nuevo proyecto de planta de procesamiento de aceite de oliva.

    "Somos líderes en muchas cosas", dice con orgullo Moro. "Por ejemplo, nuestra sede social en Valbuena de Duero es el primer proyecto integrado de desarrollo sostenible de mundo. Se autoabastece de energía y reciclamos todo, desde las barricas al cartonaje".

    Pero si hay algo que caracteriza a esta empresa familiar es la apuesta de sus propietarios por la investigación y la innovación. Fruto de este empeño, y aparte de obtener vinos tan notables como el Matarromera Pago de las Solanas, el Heredad de Emina Gewurztraminer -un blanco excepcional- o el Emina E-400, fueron los primeros en obtener un vino sin alcohol.

    Como dice Carlos Moro, "este primer vino sin alcohol llegó gracias a la colaboración con Abrobiotec. Con él se obtuvo un porcentaje alcohólico de sólo el 0,5%. Sin embargo, esta deconstrucción o desalcoholización no era suficiente para acceder a mercados como los países árabes, Japón o incluso para vender el producto como un refresco".

    Más recientemente, en abril pasado, lograron lo que parecía imposible producir un vino sin alcohol 0,0 con el objetivo de conquistar mercados tan sensibles como el árabe, el chino y el japonés. Pero, ¿había mercado para un vino sin alcohol y con unas calorías por debajo de 4,2 por cada 100 mililitros? La respuesta es sí. Incluso el nuevo packaging en lata ha ampliado su cartera de pedidos a Italia, grandes superficies y máquinas de vending. De hecho, han llegado a un acuerdo con una empresa del país transalpino que importa el vino y luego lo vende como suyo. Además, han logrado que el eminasin rosado se sirva en la sala vip de Barajas y forme parte de los menus saludables que sirve Iberia y esta misma semana empieza a venderse en los Opencor.

    Nueva fábrica

    Ahora mismo la desalcoholizadora tiene capacidad para fabricar 1.000 litros de esta bebida cada 8 horas y con la nueva planta la producción aumentará hasta los 30.000 litros. "Poner en marcha esta nueva fábrica nos ha costado 2,5 millones de euros. La ventaja del Eminasin es que, aparte de ser un producto pionero en España, va dirigido a todos los sectores de la población y es especialmente aceptado por aquellos a quienes les gusta saborear los matices del vino, pero que no pueden tomar alcohol".

    Hollejos

    El penúltimo salto estratégico de la bodega ha sido la creación de una línea de productos cosméticos derivados del vino. La idea surgió casi por casualidad en las destilerías del Duero, donde un día se dan cuenta que gran parte de los polifenoles del vino (hasta un 65%) se queda en el orujo. Orujo propio y de otras bodegas de la zona que llevan su producto a la destilería y que se quedan en los hollejos que se desechan. Entonces, y en colaboración con Caudalie, una empresa francesa de cosméticos experta en tratamientos derivados de la uva y radicada en Burdeos, empiezan a valorar la idea de convertir en cremas esos polifenoles sobrantes derivados del orujo .

    Así es como primero en colaboración con la firma francesa y luego en solitario -han creado la división Emina cosméticos, como una empresa independiente a la bodega- comienzan a fabricar sus propios cosméticos. De momento, y a través de su nueva marca Esdor, han comercializado tres cremas con polifenoles de uva tintas, una nutritiva antioxidante, un contorno de ojos y una hidratante Y lo mejor es que ya han llegado a un acuerdo para venderlas en el Corte Inglés.