Pymes y Emprendedores
Mumablue: "Nacimos para encontrar la forma de enganchar a los niños a la lectura"
- "Con la crisis del coronavirus hemos aumentado las ventas un 138%"
Javier Calvo
Madrid,
Cristina Rodríguez decidió lanzarse a emprender en 2015 cuando fue despedida de la empresa en la que trabajaba como publicista al quedarse embarazada. Quería crear cuentos personalizados y comenzó a fotografiar niños en un croma en su estudio, para después añadirlos a las escenas fantásticas con fotorrealismo ilustrado. La demanda era tan alta que decidió apostar por un sistema que le permitiese escalar el negocio.
¿Cómo nace Mumablue? ¿Qué te lleva a emprender en un sector tan denostado como el de la lectura?
Pues precisamente eso. Soy una enamorada de los libros, sobre todo de los cuentos, porque en mi infancia leía muchísimo. Y me daba mucha pena ver en mis sobrinas lo difícil que era hacer que leyeran, compitiendo con el móvil y la tablet. Empecé a darle vueltas para encontrar una forma de enganchar a los niños a la lectura, haciéndolo más atractiva para ellos. Y es como se me ocurrió convertirlos en los protagonistas de sus propias aventuras. También empecé a estudiar con mi cuñada, que es psiquiatra, la importancia de los libros para transmitir valores. Es verdad que los cuentos siempre han sido muy aleccionadores, pero no es lo mismo que un osito o un conejito resuelvan un conflicto y el niño lo tome de ejemplo, a que sea el propio niño el que lo resuelva. La identificación es mucho más directa y efectiva.
¿Qué papel juega la tecnología en el proyecto?
Somos una empresa 100% tecnológica. Empecé montando un estudio de fotografía con un croma gigante, y hacíamos jugar a los niños deante para que posasen, pero sin saber para qué. Y, después, digitalmente, los poníamos a lomos de un unicorno, hablando con duendes... todo muy realista. Pero el proyecto tenía varios inconvenientes: el primero, que empecé a tener un volumen de pedidos que no podía asumir, y me acababan dando las cinco de la mañana limpiando cromas, lo que se hizo inviable. Y el segundo, el problema de la escalabilidad, ya que las familias tenían que ir con los niños al estudio físicamente a sacarse las fotos. Entonces empecé a buscar la forma de llevar esa idea al entorno tecnológico, que permitiese a niños de cualquier parte del mundo ser protagonistas de su propia aventura. Ideé un sistema de avatares, con más de 400.000 combinaciones de imagenes posibles, por lo que el parecido físico del niño es bastante potente, y con diversas historias. La primera fue El Reino de Miriñán, que trata sobre la protección de medio ambiente y la tolerancia hacia los demás.
¿Cómo es el proceso? ¿Qué tienen que hacer los clientes para hacerse con uno de esos libros?
El usuario entra, configura el nombre del niño, diseña el avatar para que se parezca lo máximo posible, elige la aventura -que van por temáticas y permite ver una sinopsis-, se configuran todos los detalles, e incluso permite la posibilidad de incluir una foto y una dedicatoria. Después ya se puede ver la preview completa del libro que vas a recibir. El plazo de entrega lo fijamos en siete días, pero realmente llega en tres o cuatro días.
¿En cuántos países cuentan con presencia actualmente?
Tenemos varias imprentas por el mundo, una en Oregón (Estados Unidos), otra en Alemania y otra en España. Y desde esos tres puntos distribuimos, permitiéndonos enviar a cualquier país del mundo. Y próximamente vamos a abrir imprenta en Latinoamérica, tras una pequeña prueba que hemos llevado a cabo.
Fueron seleccionados por Google para su programa Campus Residency. ¿Qué supuso?
Desde que comencé, todo se ha hecho a base de ensayo y error y de seguir mi propia intuición. De repente, estar allí, con acceso a gente de diferentes ámbitos tecnológicos y de todo tipo de especialidades y áreas, dispuestos a ayudarte, fue un aprendizaje muy grande. Además, el mentoring fue de gran ayuda, porque al final te sirves de la experiencia de gente que ha pasado por los mismos problemas que tú, y te cuenta cómo los solucionó, lo que te evita ciertos batacazos.
¿Cómo ha afectado el Covid-19? ¿Ha tenido consecuencias económicas?
Nosotros venimos de un año muy duro, en el que invertimos mucho en tecnología. Y este año lo hemos enfocado a crecer, y en este sentido, el coronavirus nos ha permitido incrementar las ventas. En concreto, en España las ventas han crecido un 138% respecto a las registradas el año pasado. Además, hemos lanzado un libro que es muy especial para nosotros, Juntos, que ha tenido un crecimiento bestial. Pone sobre la mesa un tema que ahora ha salido a relucir con el coronavirus, que es el tiempo que pasamos en familia. Todos nos hemos dado cuenta de que, pese a las dificultades, pasar más tiempo con nuestros hijos ha sido bastante gratificante. Este libro pone en valor la importancia de pasar tiempo juntos, en familia, con tus hijos... y de que no hace falta comprarles muchos regalos ni preparar planes muy elaborados, sino que basta con estar y hacer con ellos cosas cotidianas, que pueden ser una aventura extraordinaria. Y este libro, que toca mucho el corazón, nos ha sorprendido por la acogida que está teniendo.
¿Qué objetivos se plantean ahora?
Estamos en fase de crecimiento. Hemos abierto en Suiza, y también nuevos idiomas. Y estamos estudiando sacar otros idiomas adicionales, que quizá no sean muy relevantes a nivel de volumen, pero que para nosotros son muy importantes para crecer: vamos a incorporar el húngaro, el polaco y el rumano.