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Enseñar a las máquinas a imaginar: el reto de la inteligencia artificial
- Programar la imaginación humana a través del lenguaje matemático
elEconomista.es
La tecnología ha permitido que desde el siglo XX se desarrolle la inteligencia artificial, la ciencia encargada de imitar el cerebro, que no el cuerpo, de una persona en todas sus funciones. Una realidad que se plasma en buscadores como Google, que hace sugerencias predictivas de lo que queremos buscar; en los asistentes virtuales por voz; en las redes sociales, que nos recomiendan contenidos noticiables, canciones o productos para comprar, a priori, ajustados a nuestros intereses; o en nuestro correo electrónico, que aprende a reconocer cuáles de los mensajes que recibimos consideraríamos correo basura.
Las investigadoras de la UOC María Antonia Huertas y Elena Rodríguez, del grupo Technology-Enhanced Knowledge and Interaction Group (Teking), junto con Joan Casas-Roma, doctor por la UOC, han llevado a cabo una investigación para analizar cómo formalizar, en lenguaje matemático, este tipo de imaginación humana para que sea creada y ejecutada por máquinas.
Los investigadores han planteado una herramienta visual para clasificar diferentes actos de imaginación en función de la huella de los procedimientos que se han seguido. Además, los científicos han revisado qué es lo que las teorías existentes no distinguen, y han aportado un marco independiente para determinar las dinámicas de la imaginación. El estudio propone una ampliación de la estructura compartida entre las teorías para ser utilizada como base para un modelo formal matemático de los procesos de la imaginación.
Tecnología
"La acción de imaginar tiene que ver prácticamente con todas las cuestiones en las que se tiene en cuenta el futuro. Antes de tomar una decisión, imaginamos cómo serán los posibles "mundos" que pueden surgir, y en función de ello elegimos qué hacer. Es una de las maneras de funcionar que tenemos los seres humanos y, por tanto, de relacionarnos con lo que nos rodea", explica Casas-Roma.
La inteligencia artificial estudia cómo razonamos como humanos para poder establecer hipótesis o suposiciones sobre nuestras futuras tomas de decisiones, en torno a lo que elegiremos en cada momento entre diferentes opciones. "Poder capturar matemáticamente la imaginación humana abrirá la puerta a nuevas posibilidades de la inteligencia artificial. Me refiero a máquinas que puedan planificar tareas o tomar decisiones siguiendo un razonamiento similar al humano, lo que las acercará a la forma en la que pensamos", concluye el investigador.