Donald Trump ocupa el primer puesto de la "inutilidad laboral", según una fórmula recogida por Stanley Bingnueva york. Seguro que siempre se ha preguntado cómo su vecino, que no da un palo al agua, ha conseguido una posición como presidente de una Junta de Administración. A lo mejor es usted de aquellos que siempre quiso abrir una franquicia relacionada con el yoga, limpiar acuarios para gente rica o ser vicepresidente de Estados Unidos. Bien, todos estos empleos y muchos más se incluyen dentro del libro 100 Bullshit Jobs… and How To Get Them, la última obra de Gil D. Schwartz, alias Stanley Bing, un ejecutivo del canal de televisión CBS que a través de su alter ego es columnista habitual de Fortune y autor de otras reconocidas obras como What Would Machiavelli do?. A través de este ranking, Bing intenta ordenar los trabajos según su grado de apariencia, que en la mayor parte de las ocasiones conduce a una inutilidad sin precedentes, para no hacer nada y llevarse el máximo beneficio económico posible. En cierta forma, después de echar un vistazo a este estudio se puede intuir que todo trabajo incluye cierto grado de "apariencia equivocada", que según explicaba a elEconomista el propio autor, "no es malo, ya que, en muchas ocasiones, los mejores trabajos del mundo tienen un grado de absurdez impresionante y, encima, están muy bien recompensados". Para determinar qué nivel de "tontería" se advierte en la multitud de puestos de trabajo que existen ahí fuera, Bing ha creado una sencilla fórmula que permite obtener una puntuación entre 0 y 200, siendo la más alta la que refleja un mayor grado de irracionalidad. Los factores determinantesEn primer lugar hay que multiplicar tres factores; las veces que sentimos que, clientes y jefes, abusan de nosotros, el número de beneficios asociados a nuestro trabajo (normalmente en miles de dólares y con un mínimo de uno) y el sueldo, en decenas de miles. Esa cifra se divide por el número de horas que se destinan a trabajar. La cifra resultante se multiplica por la progresión que experimenta su carrera a lo largo del tiempo, un número entre el 1 y el 10. Si el resultado supera los 100 puntos está de enhorabuena: su trabajo puede considerarse un empleo con un nivel considerable de redundancia pero, en realidad, poco práctico. "En estos momentos no cambiaría mi absurdo trabajo como ejecutivo por nada en el mundo, tengo un sueldo bastante bueno y nadie sabe cuál es realmente mi función" afirma Bing. "A lo largo de mi vida he tenido muchos trabajos, incluso como maestro de ceremonias en un circo, y al final siempre me han gustado más los pintones, los aparentes". Para el columnista existe un héroe por excelencia en los placeres de la inutilidad laboral con un alto beneficio financiero, Donald Trump, que es la persona que ostenta los 200 puntos, según la fórmula inventada por Bing. Para el escritor, las tareas de este gurú se limitan a casarse con mujeres bellas, aparentar que todo va bien y en referirse a los demás como baby. Por supuesto, existe un número incontable de trabajos "inservibles" que el autor se ha dejado en el tintero por "cuestiones de marketing", pero si tuviera que elegir una puesto inútil, Bing se decantaría por cualquier posición "emérita, que me permita vivir sobre mis laureles". Según explica el autor en el libro, el siguiente paso a conseguir cuando se ostenta esta clase de título es una "licencia para la pereza".Bing no duda en afirmar que el actual presidente de Estados Unidos ha incluido en su cargo una cantidad de absurdeces sin precedentes pero asegura que "son de lo más simplistas aunque efectivas". La lista de empleos con un mayor o menor grado de estupidez que aguantar es interminable. El autor incluye a abogados, economistas, políticos, aunque también añade otros curiosos, como ser un yeti o un entrenador de delfines.