Bruselas se conforma con alentar acuerdos voluntarios que pongan límites a los anunciosbruselas. El lobby de los productores de bebidas alcohólicas ha vencido a la cruzada de las asociaciones de lucha contra el alcoholismo. La Comisión Europea publicó esta semana una comunicación con sus planes para reducir los daños provocados por la bebida, y el documento está despojado de todo atisbo de prohibición de la publicidad, de alza de los impuestos u otras iniciativas legislativas.En la papelera también ha quedado la idea inicial de reproducir en las etiquetas de las botellas mensajes alarmantes como los impresos sobre las cajetillas de tabaco. La palabra clave para la industria publicitaria y de las bebidas se ha impuesto: autorregulación. La Comisión Europea se va a contentar con convocar antes de junio de 2007 un foro sobre el alcohol y la salud, en el que se analizarán cuestiones como la investigación, y la educación de jóvenes y adultos. En la inicitiva deberían participar médicos, sociólogos, representantes de la industria de las bebidas y la alimentación, etc.Bruselas también anuncia que colaborará "con los sectores concernidos para impulsar la cooperación en materia de venta y de comunicación responsables". El ejecutivo comunitario explica que "el principal objetivo de esta iniciativa consistirá en apoyar las acciones de la UE y de los poderes públicos nacionales y locales destinados a evitar la comercialización irresponsable de bebidas alcohólicas y a estudiar las tendencias del sector publicitario". Añade que "otro objetivo será alcanzar un acuerdo con los grupos de interés sobre los códigos de comunicación comercial". Y aclara que "no tiene intención de poner en marcha su estrategia a través de nuevas propuestas legislativas específicas".