nueva york. Échese a temblar porque ninguno de sus secretos mejor guardados está a salvo. Con la llegada de Internet, el alcance de la información personal ha traspasado todos los límites y parece que, incluso, podría cruzar el límite de lo éticamente correcto. Sólo hay que echar un vistazo a los servicios que ofrece Abika.com, una compañía online que se encarga de vender sus datos personales a quien lo precise. Desde sus cuentas bancarias, la lista de números de teléfonos que marcó durante el pasado mes, las últimas citas (profesionales o románticas) hasta perfiles psicológicos, denuncias, tendencias sexuales… no existe límite. Con tan sólo una serie de datos básicos, como nombre, apellidos, dirección o número de seguridad social, hay que recordar que esta compañía, que trabaja principalmente en Estados Unidos, puede obtener cualquier información que se proponga de la persona a investigar.Abika da una vuelta de tuerca respecto a otros buscadores convencionales y también ofrece información sobre el ADN de sus víctimas, un recurso utilizado fundamentalmente por aquellas madres que tratan de demostrar la paternidad de un posible progenitor.Todo sobre su médicoPese a todo, parece que no sólo las búsquedas atienden a temas estrictamente personales. Por ejemplo, a la hora de ponerse en manos de un especialista en Medicina, es posible que le interese saber cuál es el currículum del profesional que le atenderá y, sobre todo, si cuenta con algún tipo de antecedente que ponga en entredicho su práctica profesional. Por otro lado, cuando contrate a un abogado, también le gustará saber el número real de casos que ha ganado en los juzgados, así como el resultado de los mismos. Además, las informaciones encontradas gracias a estas búsquedas también son una valiosa herramienta, muy útil para los bufetes de abogados a la hora de mostrar pruebas.Claro está que la compañía no realiza ningún examen a la persona a investigar sino que se basa en información que el individuo ha dejado de forma inconsciente al alcance de otros, como sus búsquedas en Internet, compras realizadas, clubs visitados, opiniones expresadas en chats u otros foros… Siempre existe una cantidad de material suficiente para establecer un perfil del individuo. Por supuesto, el factor psicológico también juega un importante factor en los mercados y, por eso, existen compañías que encargan perfiles de sus inversores más importantes para saber como reaccionarán ante noticias más o menos favorables. Pero la pesadilla de esta web no termina aquí. Un sinfín de servicios atenta con poner en peligro su privacidad por precios que oscilan entre los 80 y los 300 dólares y que incluyen hasta la toma de fotografías aéreas, por satélite e infrarrojos gracias a la colaboración con agencias espaciales, como la rusa Spin-2.Este todopoderoso buscador se diferencia de los convencionales Google, Yahoo o MSN en que todos ellos realizan sus búsquedas automáticamente mediante el uso de sistemas informáticos, sin embargo, Abika realiza las suyas gracias a una red de personas que se encargan de investigar los resultados que más tarde se ofrecen al cliente, por esta razón muchos de los servicios no son inmediatos y los más rápidos suelen tardar entre 8 y 24 horas en llegar a manos del usuario. La compañía con sede en Cheyenne, Wysconsin, ha visto como las leyes estadounidenses han entorpecido su trabajo, en especial en las búsquedas referidas a los listados de llamadas telefónicas tras las intrusión de la Comisión Federal de Comercio y el Congreso de EEUU.Entre las búsquedas más intimidantes, Abika también ofrece servicios gratuitos entre los que destacan las búsquedas de listados de asaltantes sexuales más cercanos a su vivienda, verificación de edad, historial de los lugares de residencia de un individuo, el número de gente en común que usted y otra persona tienen o el pasado criminal de cualquiera.Caso realAl revisar algunos de los testimonios que la propia firma pone a disposición del usuario, es imposible evitar la sorpresa. Por ejemplo, una mujer, casada durante años con su marido, decidió un día realizar una exhaustiva búsqueda sobre su pareja y el resultado fue de lo más catastrófico. No sólo descubrió que su compañero estaba inmiscuido en un caso de fraude financiero sino que, además, era bisexual, tenía un hijo de un matrimonio anterior que ella desconocía y para poner la guinda al macabro pastel, era portador de VIH. En otra sorprendente situación, R. Pallante descubrió que su prometido estaba más interesado en su dinero que en ella, gracias al informe psicológico que pidió a la compañía. Además, también rastreó sus correos electrónicos y llamadas telefónicas hasta descubrir que el que iba a ser su marido, en realidad, estaba casado. Con buscadores de este calibre parece que toman vida las sociedades descritas en la novela 1984, de George Orwell, donde la figura del Gran Hermano no daba lugar a la privacidad, y se fomentaban este tipo de prácticas. La globalización de Internet es, además, un aliciente que facilita que nuestras vidas privadas puedan convertirse en el elemento de búsqueda de otros individuos con fines más o menos nobles. Por si fuera poco y para captar clientes escépticos Abika ofrece ciertas garantías: se compromete a devolver el dinero en el caso que su búsqueda no produzca ningún resultado.