El 77% de los ejecutivos apuestan por anunciar medidas concretas para recuperar la confianzaMadrid. La frase Houston tenemos un problema, lanzada desde el Apolo XIII en 1970, bien podría ser escuchada en muchos de los despachos nobles que se ven obligados a hacer frente a alguna crisis corporativa. Pero, ¿cómo se debe actuar en estos casos?, ¿qué decisiones erróneas hay que evitar? Sin duda, la Historia empresarial está plagada de disyuntivas mal resueltas que han acabado con la reputación, e infringido daños irreversibles, a algunas de las más importantes compañías. Pues bien, según un estudio realizado por la consultora Weber Shandwick y el instituto de investigación KRC -realizado a partir de una encuesta en la que han participado 950 directivos de 11 países-, el 59 por ciento de los altos ejecutivos de empresas opinan que las disculpas de los CEO son menos efectivas que otras estrategias, como forma para reparar la reputación de una compañía después de una crisis. Sin embargo, el 80 por ciento de éstos considera que mantener alejado de los medios a los CEO en un periodo crítico, no es una buena decisión. "Los consejeros delegados son la cara pública de las organizaciones y, en tiempos de confusión, se espera que sean visibles y sinceros sobre cualquier problema que surja", apunta Miguel López-Quesada, CEO de Weber Shandwick. Además, el 77 por ciento de los directivos españoles interrogados cree que anunciar acciones para solucionar el problema es la estrategia más eficaz ante una crisis. Así, alrededor del 75 por ciento de éstos opina que los mejores pasos para iniciar un proceso de recuperación de la reputación dañada son: anunciar acciones específicas que la empresa va a poner en marcha para afrontar el problema; crear un sistema de alerta temprana frente a riesgos y potenciales crisis futuras; y establecer políticas que demuestren que la compañía está comprometida con el "ciudadano responsable"."Los líderes empresariales necesitan entender mejor cómo han cambiado las reglas del juego en su relación con la opinión pública porque, hoy más que nunca, están bajo control por las malas prácticas empresariales o situaciones de crisis que se han producido". Teniendo en cuenta que casi 9 de cada 10 directivos afirman que el riesgo de deterioro de la reputación de las empresas es cada vez mayor, "identificar las mejores estrategias para evitarlo es una prioridad", apuntó López-Quesada. Otro dato interesante, según esta encuesta, hace referencia a que sólo el 39 por ciento de los altos ejecutivos consideran que entablar relaciones con los bloggers, para evitar que difundan información errónea, contribuiría a paliar los efectos de la crisis.