Cinco generaciones conforman la historia de esta empresa que tiene a Japón y Estados Unidos como grandes clientesEl mar y el atún rojo son las dos pasiones que unen a las cinco generaciones del Grupo Balfegó. Una esencia marinera con la que esta empresa familiar de L'Ametlla de Mar (Tarragona), dedicada a la pesca y comercialización de este codiciado túnido, convive desde hace siglos. Manel y Pere-Vicent Balfegó, primos hermanos y copresidentes de las sociedades que forman el Grupo, recuerdan cómo su tatarabuelo se dedicaba a pescar atún rojo con el arte denominado tonaire, un método hoy ya en desuso que fue pasando de generación en generación, "convirtiendo a nuestros bisabuelos, abuelos, padres y a nosotros mismos en apasionados de la pesca del atún", afirman. Varios puntos de inflexión conforman la historia reciente de Balfegó. "En 1985 invertimos en acondicionar los barcos para ir a buscar atunes a los diferentes caladeros de todo el Mediterráneo Occidental", cuentan los Balfegó, quienes añaden que "dejar de ser pescadores estacionales y comenzar a dedicarnos en exclusiva a esta especie fue un gran cambio, pues implicaba pasar la mayor parte del año fuera de puerto y de casa". Precisamente en esa época comenzaron a involucrarse también en la comercialización del producto en los grandes mercados centrales nacionales, así como cuidar su conservación y manipulación desde los barcos. El otro momento crucial fue en 1995, ya que "entonces arrancó la segunda gran transformación que con el tiempo nos llevó al negocio de la acuicultura, siendo la primera flota en todo el Mediterráneo en capturar atún rojo y trasladarlos vivos a una piscina flotante para una granja de acuicultura", explican Manel y Pere-Vicent Balfegó. Ahí, los alimentan con pescados de su dieta habitual y logran que la especie recupere la grasa perdida en la migración y el desove, por lo que se comercializan cuando alcanza unos índices de calidad adecuados. Este modelo de negocio que profesan les ha llevado a dar empleo a 220 personas, facturar 42 millones de euros, comercializar su atún rojo en 30 países y exportar el 85 por ciento del producto -principalmente a Japón y a Estados Unidos-. Investigación e innovación La historia de Balfegó no se asienta sólo en pura tradición, sino que es también "fiel reflejo de la evolución e innovación en las artes pesqueras, buscando constantemente ser más eficientes y eficaces" reconocen Manel y Pere Vicent. De este modo, desde el año 2000, destinan una gran inversión a la parte de investigación científica y han colaborado con organismos como el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, por sus siglas en inglés). Además, también llevan celebrando desde hace nueve años las Jornadas Científicas del Atún Rojo, y reciben semanalmente a entre 20 y 30 chefs nacionales e internacionales para impulsar el conocimiento del producto. Precisamente, uno de los chefs españoles más emblemáticos, Martín Berasategui, es el embajador internacional de Grupo Balfegó. De hecho, desde hace aproximadamente un año tiene el cometido de difundir la imagen del atún rojo Balfegó en todo el mundo e incluye en su cocina, platos y elaboraciones Atún Rojo Balfegó.