Los protectores de Reticare disminuyen la muerte de las células de la retinaEl ojo humano está cada día más expuesto a la luz que emiten las pantallas de dispositivos táctiles como tabletas o smartphones. Lo que en su día era una exposición centrada especialmente en el entorno de trabajo ha pasado a formar parte también del tiempo de ocio. Y es que estamos expuestos de forma constante a estas herramientas. Tanto es así que la Comisión Europea ha hecho una llamada a la comunidad científica que investiga el uso de estas pantallas con el fin de establecer una serie de recomendaciones sobre este aspecto a lo largo de 2017. En este sentido, esta misma semana se presentaron en Madrid dos estudios elaborados por científicos de la Universidad Complutense de Madird (UCM) en los que se confirma que la luz de las pantallas digitales puede provocar daños irreversibles en los ojos. En concreto, la investigación, que se hizo con ratas sometidas durante tres meses a esta luz, corroboró que la muerte de las células de la retina aumenta en un 23 por ciento cuando no se utiliza ningún filtro protector sobre las pantallas. En cambio, en el caso de aquellos dispositivos en los que sí se empleó un filtro protector, esta reacción se vio reducida casi a cero, tal y como explicó en la presentación de la investigación Celia Sánchez-Ramos, doctora y profesora del Departamento de Optometría y Visión de la Facultad de Óptica y Optometría de la UCM. Junto a ella estuvieron presentes también el director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la UCM, Francisco Javier Pérez Trujillo; la directora general de Planificación, Investigación y Formación de la Comunidad de Madrid, Miriam Rabaneda Gudiel; y el consejero delegado de la compañía Reticare, Nilo García. Precisamente, esta compañía es la desarrolladora de los protectores que los investigadores han usado en su investigación. “Utilizando estos dispositivos el daño prácticamente se reduce a casi nada, en el caso de los animales. A día de hoy no paramos de investigar y de crear nuevas herramientas, ya que los niveles de exposición cada vez son mayores, al igual que la intensidad de las pantallas”, contó García a elEconomista. De hecho, cuanto más modernos son los teléfonos, más luz emiten. Así, los más nuevos pueden radiar hasta 50.000 cuantos de luz, mientras que las pantallas de las tabletas que se usaron en la investigación se situaron entre los 15.000 y 18.000 cuantos de luz. Y es que, según el estudio, “la cantidad de luz es siete veces superior cuando trabajamos en smartphone que en ordenador”. Los niños, los más afectados Sánchez-Ramos dio también a conocer los resultados de un segundo estudio por el que se evidencia que los niños son los más afectados: “Reciben tres veces más de luz de alta energía que un adulto, por la menor distancia de uso”, confirmó. Estos datos, aunque por el momento no son extrapolables a humanos, evidencian la importancia de establecer “medidas legales y una normativa rigurosa, que tenga en cuenta planteamientos científicos”, tal y como pidió la doctora. Y es que, “la retina es tan importante como la médula espinal y el ojo no está preparado para asumir tanta cantidad de luz”, concluyó Sánchez-Ramos.