MADRID. El funcionamiento del sistema de identificación presentado por la compañía española Ibermática está basado en la comunicación por señales de radiofrecuencia. Estas señales son enviadas desde el paciente a otros elementos electrónicos de recepción controlados por el equipo médico que va a realizar la intervención quirúrgica en el quirófano correspondiente. Supone sin duda un avance a tener en cuenta, porque reduce notablemente los riesgos que se pudieran producir en la operación, ya que se tiene al paciente monitorizado en todo momento. La señal que emite la pulsera de cada paciente es única. El sistema la reconoce y proporciona información clínica del enfermo, como son sus datos de identificación, de la intervención y de los resultados de las pruebas diagnósticas, así como las pautas de los procesos a llevar a cabo. Toda esta información está personalizada para cada perfil profesional que interviene en un quirófano -cirujanos, anestesistas o enfermeros-, que pueden acceder a la misma a través de una interfaz de usuario avanzado, mediante la utilización de comandos vocales o pantallas táctiles. Además, el sistema hace más fácil seguir el protocolo de los procesos de la operación, lo que implica la mejora de la calidad asistencial. El soporte de todo ello lo aportan unas estaciones clínicas diseñadas para optimizar la eficacia de los profesionales. Entre las funciones de estas estaciones se encuentra la obtención de los informes clínicos generados en cada intervención. La gran cantidad de información manejada queda registrada en el sistema, permitiendo su explotación tanto desde un punto de vista clínico como de gestión, y también sirve para futuras intervenciones.