Además de para descansar, el verano es una ocasión para iniciarse en este tipo de actividades en las costas de nuestro país. Por Lourdes MarínEl verano es una oportunidad perfecta para los amantes del ejercicio, que encuentran en la playa muchas posibilidades para probar nuevas modalidades deportivas, pero también para quienes no terminan de encontrar el placer en pasarse el día tumbado al sol sobre la toalla. Así, aunque estas actividades pueden llevarse a cabo tanto en verano como en invierno -equipados con un traje de neopreno-, lo cierto es que las vacaciones son un momento ideal para iniciarse. En este sentido, existen deportes acuáticos para todos los gustos y que pueden practicar personas de todas las edades y niveles -también los principiantes, con ayuda siempre de un monitor-. Además,cada uno de ellos cuenta con distintas disciplinas -en cuyo detalle no entraremos y que requieren un material adaptado. El más popular de todos ellos es el surf, que aprovecha el momento en que la ola rompe y forma la pared y la espuma de forma progresiva. El norte de España se ha convertido en un punto estratégico para los aficionados a este deporte: desde la gallega playa de Razo hasta Zarauz se pueden encontrar enclaves donde surfistas experimentados se encuentran con los novatos que hacen sus primeros pinitos gracias a las escuelas que hay a pie de mar. En este sentido, la asturiana playa de Rodiles, en plena reserva natural de la Ría de Villaviciosa, es una de las más populares del Cantábrico. Al norte de las marismas de Santoña se deslizan las arenas de Berria, playa cántabra que en inviero y verano reúne a muchos interesados en este deporte. Pero también pueden aventurarse a iniciarse en el surf quienes veranean en Andalucía -y no sólo en Tarifa-, en olas como las de las también gaditanas playas de Los Bateles o Zahara de los Atunes, así como la de El Chanquete y la de Bil-Bil, en Málaga. En la provincia de Almería se han popularizado las playas de San José o las del pueblo de Mojácar. Un poco más de espectacularidad se consigue con el windsurf, deporte que nació en Estados Unidos, cuando alguien añadió una vela móvil a la tabla. Así, de la velocidad y la fuerza del viento -y no de las olas- dependerán las piruetas de los windsurfistas, que pueden encontrar en las costas españolas centenares de puntos estratégicos para la práctica de este deporte. Desplazándonos ahora hacia el levante español, Cataluña alberga Sant Pere Pescador, playa que cada mes de junio acoge el Gran premio Cataluña Costa Brava, prueba del Campeonato del mundo de windsurf. Un poco más al sur, la bahía de la localidad valenciana de Cullera cuenta con varios rincones desde los que se aprovecha el viento, como Cap Blanc, donde acuden aficionados a este deporte. Oliva y Gandía son dos lugares tradicionales para hacer windsurf y, un poco más al sur, en la provincia de Alicante, Denia o Santa Pola también cuentan con varias escuelas en las que contratar cursos con monitores o alquilar equipamiento. Sin embargo, si hay un deporte acuático que está de moda, éste es el kitesurf, y no es raro acercarse a cualquier costa del país y encontrarse a un grupo de cometas navegando. El equipamiento que exige esta actividad consiste en una cometa que, gracias a la fuerza del viento, tira del deportista, que está sujeto a una tabla con la que se desplaza por el agua. La altura que se consigue en estos saltos hace que el kitesurf exija unas medidas de seguridad más estricticas -si cabe- que en el resto de deportes, pero sin duda ofrece un espectáculo increíble para quienes se acercan a observar. El Mar Menor, en la Región de Murcia, se ha convertido en un punto clave de los amantes del kite, que se reúnen durante todo el año en una zona acotada de la playa de Los Narejos, Lo Pollo o La Manga. En este último pueblo se celebra desde hace tres años La Manga Xperience, un evento que combina deporte con música, recibe a unas 4.000 personas de todo el país y que este año ha acogido el Campeonato de España de freestyle y slalom de kitesurf. En los últimos años está tomando también mucha fuerza el stand up paddle -también conocido como SUP o paddle surf-, que consiste en ir de pie sobre una tabla e impulsarse por el agua gracias a un remo. Este deporte es tan sencillo que no necesita otra cosa que alquilar el equipo y lanzarse a probar, por lo que su práctica se ha ido extendiendo rápidamente por nuestras costas. Entre las posibilidades que ofrece el stand up paddle están la modalidad de coger olas, las salidas nocturnas o las excursiones para visitar cuevas y calas. Así, aunque casi todas las escuelas de deportes náuticos proponen sus propias rutas, algunos enclaves populares son la Bahía de Sant Pol, en Sant Feliu de Guixols; la Bahía de Plencia, en la provincia de Vizcaya; o la que va de la Playa de La Naval a la de Santa Cristina, en la Ría de La Coruña. Remando entre calas Otra de las actividades más populares para hacer con los amigos o la familia durante las vacaciones de verano son las rutas en kayak. Así, no es difícil encontrar escuelas que ofrecen excursiones organizadas en grupo o que alquilan el material para disfrutar de unas horas remando por las costas españolas, visitar calas o puntos accesibles sólo por el mar. En este sentido, desde la Playa de Burriana, en la localidad malagueña de Nerja, se pueden contemplar los acantilados de Maro y puntos como la Cascada de la Doncella. Más al norte, el Parque Natural de Cabo de Gata, en Almería, es otro buen punto de partida para visitar en kayak lugares como los alrededores de la Playa de Las Negras y las calas de En Medio, Del Plomo o Puente. Pero los deportes acuáticos no consisten todos en remar o jugar con los vientos en la superficie. Los menos amantes de las sensaciones fuertes pueden encontrar en el fondo marino una forma de relajarse y hacer ejercicio al mismo tiempo. En este sentido, el snorkel es una modalidad de buceo apta para cualquier persona que sepa nadar y sólo requiere máscara, aletas y un tubo -que, si lleva válvula de bloqueo, permite la inmersión-, así como guardar silencio para no espantar a los peces. Reconocida en 2015 como Mejor destino de buceo del continente europeo, la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas, en la Región de Murcia, es uno de los enclaves más populares del país para practicar este deporte. Así, las calas que rodan el faro -Fría, Roja, Túnez...- y, un poco más al sur, Cala Reona, son perfectas para contemplar una de las zonas de mayor biodiversidad marina del planeta, ya que en ella confluyen las aguas del Mediterráneo y las del Atlántico. Las claras aguas del archipiélago balear son también un paraíso para los aficionados al snorkel. En Mallorca, la Cala del Mago, en el municipio de Calviá, o la de Sant Pere, en Alcudia, son dos de las más visitadas. En las Islas Canarias son populares la Reserva Marina del Mar de las Calmas, en El Hierro, y los alrededores de las playas de Jandía, en Fuerteventura.