madrid. El número de procedimientos abiertos en 2005 por delitos relacionados con la siniestralidad laboral se duplicaron con respecto al año anterior. Pero los datos del primer semestre de 2006 no son nada esperanzadores: los accidentes de trabajo con baja se han incrementado con respecto al mismo periodo del año pasado en un 4,7 por ciento. Y aunque el número de muertes ha descendido ligeramente (492 frente a 500 en el primer semestre del año pasado, un 1,6 por ciento menos), de seguir en esta línea se acabará 2006 con cerca de mil fallecidos en el tajo.Consciente de que es necesario actuar, y cuanto antes, la Fiscalía General del Estado impulsó un "cambio de faz" en el tratamiento por parte del Ministerio Público de este grave problema social. El pasado mes de abril tomó posesión el fiscal de Siniestralidad Laboral, Juan Manuel de Oña, que fue recibido por los sindicatos como "la mejor noticia" desde la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en 1995. Según pone de manifiesto la Memoria de la Fiscalía del pasado ejercicio, que fue presentada el pasado lunes, en 2004, año en el que no hubo una variación significativa en el número de accidentes censados por la autoridad laboral, se duplicó el número de diligencias previas (de 21.850 a 47.802). Igualmente, se incrementaron significativamente las acusaciones de delitos de riesgo doloso y culposo.Todo ello se debió a un cambio generalizado de criterio en la calificación de los hechos: casos en los que antes se perdían en la estadística porque se tramitaban como juicios de faltas ahora reciben el tratamiento penal correspondiente a su gravedad. Pero, ni aun así, las cifras de siniestralidad bajan. Todo lo contrario.Casi mil muertosEn 2005 se registraron 966 accidentes mortales, 9.641 con lesiones graves y 894.301 con lesiones leves. Frente a tantos siniestros con fallecidos, se abrieron sólo 204 diligencias previas por homicidio imprudente laboral. Para la Fiscalía se trata de una "consolidación de cifras que nada tienen que ver con las de etapas anteriores", ya que se ha producido un "aumento sensible" en el número de procedimientos incoados de siniestros con resultado letal.En los informes realizados por todas las Fiscalías de España para la Memoria de 2005, se hace especial hincapié en la imprecisión de los datos numéricos. La fiscal jefe de Cádiz, Ángeles Ayuso, es muy descriptiva al explicar lo que supone para el Ministerio Público controlar los procedimientos existentes en los Juzgados sobre accidentes laborales. "El fiscal de siniestralidad laboral evidentemente puede de algún modo, lento y tortuoso, informarse de todos los asuntos relativos a su responsabilidad existentes en cada juzgado; sin embargo, no lo puede hacer como sería lo procedente en los comienzos del siglo XXI, esto es, por medios informáticos", dice.Más allá de los problemas técnicos, en la mayoría de las Fiscalías se percibe cierta desazón ante la imparable evolución de los accidentes laborales año tras año, a pesar de las medidas que se adoptan. La Fiscalía de La Rioja expresa una reflexión colectiva: "Desde que se aprobó la Ley de Prevención de Riesgos Laborales la siniestralidad laboral parece haber experimentado una evolución contraria a la que debería haber seguido de acuerdo con las expectativas de aquella norma"."Lo normal es que se hubiera producido un punto de inflexión y una paulatina reducción de los accidentes; sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario. Resulta imprescindible un cambio de mentalidad", afirma la Fiscalía riojana, en un informe que no es más que el reflejo de una opinión casi unánime en el ámbito del Ministerio Público. Añade que el empresariado, con algunas excepciones, todavía no ha tomado conciencia de la necesidad de invertir en este campo; el trabajador no juega un papel activo en las labores de prevención y los sindicatos se preocupan por mejorar otros aspectos de la prestación laboral.Actuaciones penalesPara el catedrático Federico Durán, socio de Garrigues, las cifras de siniestralidad han subido globalmente pero los accidentes graves con resultado de muerte se han estabilizado e incluso bajan. A su juicio, la solución no pasa por incrementar las actuaciones penales, que sólo se deben dirigirse hacia aquellos siniestros con resultado de muerte. "Accidentes de trabajo hay como los hay de tráfico y no significa que detrás de cada uno haya un delito", afirma este catedrático de reconocido prestigio en esta materia.A su juicio, se cae en el error de culpar por sistema al empresario cuando muchos de los incumplimientos de las normas de seguridad son de los trabajadores. ¿Existe solución al problema? "La cultura de la seguridad debe impregnar a todos los agentes implicados. Es cierto que son medidas incómodas, como el cinturón de seguridad en el coche, pero necesarias. Tenemos que convertirlo en algo natural". Durán echa en falta en el sector de la construcción la figura de un coordinador técnico de seguridad y de más especialistas en prevención de riesgos laborales.