madrid. Los derechos laborales pueden -y deben- ser defendidos en otro contexto distinto al tradicional. Requieren un enfoque más moderno, adaptado a las nuevas necesidades de flexibilidad que requiere la empresa en el contexto de la globalización y las deslocalizaciones.Éste es el leitmotiv del último libro del jurista Federico Durán en el que se recopilan los principales artículos que ha publicado en los últimos años en la prensa, desde su salida del Consejo Económico y Social (CES), en 2001. El libro abarca desde la relación individual de trabajo hasta la prevención de riesgos, las relaciones colectivas y la prestación social.Como su título indica, Una visión liberal de las relaciones laborales, apuesta por una práctica sindical de mayor colaboración con la empresa, por la limitación del derecho de huelga o por una flexibilidad laboral a la que no se le ponga, necesariamente, un precio. "En España no es que falte flexibilidad, sino que ésta resulta muy cara", señala el autor, catedrático de la Universidad de Córdoba y reconocido laboralista con una amplia experiencia en el arbitraje de conflictos, como los que enfrentaron hace unos años a la compañía Iberia y sus pilotos.Durán aclara que su postura no aboga por una desregulación a ultranza, sino que defiende una modernización del derecho del trabajo para ajustarlo a la realidad actual. Porque las relaciones laborales no son incompatibles con el progreso empresarial y, por ello, lo deseable sería que tuvieran un desarrollo más armónico.Un ejemplo de la necesaria modernización son los convenios colectivos, que deberían tener un periodo de vigencia, "como cualquier contrato", según Durán, claro partidario de una revisión a fondo del sistema de la negociación colectiva. "Algunos convenios son muy antiguos y nunca se ponen al día", insiste quien en su día presidió la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos.