madrid. La Unión Europea da un nuevo paso para conseguir que la cultura de los Estados miembros llegue a todos. La Comisión ha publicado ya su lista de recomendaciones para que los países miembros digitalicen todo su material cultural, tanto público como privado, y lo cedan para crear la Biblioteca digital europea. La idea es que todos los ciudadanos de la Unión tengan acceso a la cultura de toda Europa en una multitud de lenguas.Pero el sector privado no ve clara esta iniciativa ya que los derechos de autor corren peligro en Internet. Al menos hasta que no se refuercen las medidas de seguridad en la Red y se aclare cómo se pagará a los autores. Éstos no están muy por la labor de que se digitalice su material. Así lo explicaba, por ejemplo, la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo, que aunque ha pensado en la digitalización de sus partituras de música clásica, no lo hará hasta que los derechos de autor no estén plenamente protegidos. Los autores dicen que no se les puede obligar a digitalizar sus obras. Y que las recomendaciones europeas son sólo eso, recomendaciones.Y es que llueve sobre mojado. Al menos en España, donde la legislación no protege adecuadamente los derechos de autor de los libros que se encuentran en las bibliotecas públicas y que no pagan a los autores por los préstamos que realizan. De hecho, España acaba de ser sancionada por la Comisión Europea por no introducir en la legislación nacional la Directiva sobre el derecho de participación de los autores en los beneficios generados por sus obras. Conservar la culturaNo obstante, la vieja Europa cuenta, probablemente, con el patrimonio cultural más rico del mundo, por lo que no se ve con tan malos ojos su digitalización y acceso a una Biblioteca virtual, ya que es un modo de difundir la cultura e impedir que el patrimonio histórico se pierda por el deterioro de los materiales tradicionales. Por lo que no todo el sector privados se opone a digitalizar su material y al impulso de la Biblioteca digital. María Luz González Peña, directora de Centro de Documentación y Archivo de la SGAE (CEDOA), ve "fundamental la digitalización" y asegura que un mínimo "incendio en el archivo puede acabar con todas las partituras de música, zarzuelas u obras de teatro que conservan". En 2003 iniciaron esta tarea adelantándose a las recomendaciones europeas. Aunque no se puede consultar por Internet "ya que ahí entran los derechos de autor" y es necesario llegar a acuerdos con el propietario de los mismos. Aún habiéndose convertido la obra en patrimonio nacional, por haber transcurrido 70 años de la muerte del autor, seguirían surgiendo problemas ya que el editor de la obra tiene los derechos de reproducción. Todos ven favorable la digitalización para conservar la historia. Pero del mismo modo, todos ven como problema el vacío legal respecto a los derechos de autor. De momento y hasta la llegada de una regulación clara, habrá que conformarse con las obras españolas que pertenezcan al patrimonio nacional.