El Senado rebaja las obligaciones de informar a los sindicatos sobre la estretagiaMadrid. Las sociedades anónimas europeas con sede en España no tendrán que informar a sus trabajadores sobre su estrategia financiera, industrial o comercial. Del proyecto de ley que regula la implicación de los trabajadores en este tipo de sociedades se ha caído, durante su trámite en el Senado, uno de sus puntos más polémicos: la obligación de informar al comité de empresa sobre los secretos estratégicos de la compañía. El Partido Popular ha hecho valer su mayoría en el Senado para eliminar del proyecto un añadido a la española que endurecía mucho las obligaciones planteadas por la directiva europea en relación con la información que estas empresas tendrán que ofrecer a los trabajadores. Y eso que en la redacción de la directiva europea ya se utilizó como modelo el sistema alemán en el que los trabajadores tienen mucho peso en la empresa. Incluso tienen una silla fija en el consejo de administración de las empresas.ExcepcionesLa directiva europea exime al consejo de administración de comunicar las informaciones relacionadas con su estrategia siempre que, por motivos objetivos, se pueda derivar un perjuicio grave para la compañía. O sea, casi siempre. Por eso las empresas esconden sus fórmulas mágicas detrás de complicadas combinaciones de cajas fuertes escondidas en lugares recónditos. A estos efectos, no se considera secreto los temas relacionados con los trabajadores, como el volumen de empleo en la empresa.No obstante, el proyecto de ley por el que se traspone la directiva a la legislación española introdujo el adverbio "excepcionalmente", de forma que restringe muchísimo las posibilidades por las que la empresa podría justificar el secreto."Resulta habitual y no excepcional que en el funcionamiento de un mercado intensamente competitivo y cambiante exista determinado tipo de información sensible y estratégica (secretos financieros, industriales, etc.) que necesite ser estrictamente reservada y no pueda ser suministrada", razona la enmienda introducida por el PP en el Senado y que devuelve al articulado el texto de la directiva.Aparte de esta modificicación, las enmiendas aprobadas también recogen un endurecimiento significativo de las sanciones a los representantes de los trabajadores en el caso de revelar información confidencial a terceros.Sobre todo, se ha añadido un apartado por el que se considera "trasgredida la buena fe contractual" la revelación de información sensible que haya sido comunicada a título confidencial por la empresa al representante de los trabajadores. Además, el hecho "se considerará sancionable como falta grave", señala la enmienda. De esta forma, se abriría la posibilidad de plantear el despido procedente de este representante, según el Estatuto de los Trabajadores.No sería raro, no obstante, que las enmiendas aprobadas fueran revocadas en el Congreso, ya que el PSOE votó en contra de las propuestas del PP. Pero no está clara la posición del resto de los grupos, especialmente de CiU, del PNV y de Coalición Canaria, ya que las enmiendas del PP defienden mejor el desarrollo de grandes grupos transnacionales para competir en una economía globalizadas, que es lo que se pretende con las sociedades anónimas europeas.Precisamente, un exceso en el grado de implicación de los trabajadores en estas sociedades se ha convertido en uno de los principales escollos para su desarrollo. Y es que las SE todavía convencen a pocos empresarios europeos.