Schweppes gana un pleito contra los recargos de Londres a su filial en IrlandaBRuselas. Los jueces comunitarios han dado esta semana un disgusto a los voraces ministerios de Hacienda de la Europa occidental. Desde el punto de vista de las multinacionales que se han deslocalizado o piensan hacerlo hacia países europeos con recaudadores más moderados como es el caso de Irlanda o los Estados del Este, se trata de una muy buena noticia.El Tribunal de Justicia de la UE falló el martes a favor de Cadbury Schweppes y en contra de Reino Unido. El pleito había sido planteado por la empresa de bebidas refrescantes, que se quejaba de que Londres gravara con un suplemento fiscal los beneficios de su filial en Irlanda. El argumento británico venía a ser que aplicaba un recargo para penalizar la evasión fiscal de la empresa, que había implantado una filial en Irlanda porque la presión fiscal impuesta por Dublín es inferior a la de Londres. Schweppes, por el contrario, aseguró ante los jueces de la UE, con sede en el Gran Ducado de Luxemburgo, que su filial irlandesa debía pagar únicamente impuestos en el país en el que está establecida.El Tribunal comunitario determinó en su sentencia que los Estados de la UE pueden poner en marcha medidas contra la evasión fiscal como las que el Reino Unido aplica a las empresas extranjeras controladas por las nacionales (como es el caso de la filial irlandesa de Schweppes). Pero estas medidas se deben limitar a arreglos o a montajes fiscales "completamente artificiales" cuya única intención es evitar los impuestos en su país de residencia. Es decir, si una filial puede demostrar que tiene presencia física y realmente operativa en un Estado diferente al de su matriz, y que dispone de centros de trabajo, personal y medios materiales, sus beneficios deberían estar sometidos a la fiscalidad de su país y no al de la empresa que la controla desde el extranjero.La batalla legal no termina aquí. Schweppes deberá ahora esgrimir esta sentencia ante los tribunales británicos para lograr que la legislación de este país sea declarada ilegal por excederse en su campo de aplicación, al menos en su caso. Según los primeros análisis, Reino Unido no sería el único país de la UE que se verá obligado a modificar sus normas contra la evasión fiscal de las empresas. Alemania, Francia, Suecia e Italia, al menos, parecen encontrarse en una situación similar.La sentencia confirma además el derecho de las empresas a circular libremente por el mercado interior de la UE. Y a considerar en sus decisiones de implantación la presión fiscal, junto a otros elementos como el nivel salarial.