Peñas y Craiu, dos experimentados chefs que saben ir más allá de la tradiciónUn nuevo restaurante en el barrio de Retiro que se suma a la nutrida oferta ya existente en la zona y que sigue imparable. Pero Mercado de Ibiza brilla por sí mismo: cocina de producto con sesgo mediterráneo intachablemente perfilada, estupendo ambiente y ajustados precios. Un amplio local de tres alturas -abierto de 11 a 2:30 horas-, con zona de tapeo, comedor más convencional y pequeño espacio de copas. Todo, en un entorno fresco y desenfadado con gran barra a la entrada junto a mesas altas y banquetas, perfecto para picar algo (patatas bravas, crema de patata trufada con huevo, alitas de pollo…) en una completa propuesta que incluye también poder pedir cualquier plato del restaurante o disfrutar de distintos champagnes por copas. Jardines verticales En el piso superior se encuentra el comedor más formal, una sala diáfana con luz natural, profusión de plantas y hasta dos bonitos jardines verticales. Servicio de mesa sencillo de manteles individuales, aunque con detalles de connaisseur, como los cuchillos Laguiole para la carne. Los jóvenes chefs Octav Craiu y Alejandro Peñas, discípulos de Paco Roncero, ofrecen una cocina de raíces tradicionales en la que el concepto de los platos y su preparación -siempre con alguna nota sorprendente que aporta más-, demuestran su experiencia y le agregan un sustancial valor añadido. Entre los entrantes, unas croquetas de jamón ibérico tan cremosas que hay riesgo de que se deshagan entre los dedos al cogerlas: ¡la prueba del algodón! Junto a varios primeros para compartir -anchoas Casa Santoña, ibéricos, foie mi-cuit hecho en la casa…-, apetecibles ensaladas, como la deliciosa burrata con puré de berenjena, tomate semiseco y pesto, un prodigio de frescor y equilibrio. Muy destacables los arroces -desde el negro con calamar de anzuelo y agua de mar al de carabineros atlánticos- que, preparados estilo risotto (sin natas por supuesto), permite pedir raciones individuales. Grano en su punto y melosidad justa. Entre los platos principales, suquet con gamba roja y azafrán o un jugoso rape de fino empanado, con pisto y mayonesa de mostaza; excelentes carnes como el steak-tartar o un lomo de vaca vieja acompañado de ricas patatas en gajos y suaves pimientos de cristal confitados. Los postres al mismo nivel, con una exquisita créme brûlée, entre otros. Nutrida carta de vinos, también con referencias internacionales. La sorpresa viene con un pequeño bar de copas y cócteles situado en el sótano… dentro de una gran caja fuerte del antiguo banco que ocupaba el local.