"Nuestro empresario es de gusto sencillo, se aleja de la ostentación, está muy pegado al terreno y le cuesta vender lo que hace bien". Así es, según José Luis Ruiz, el perfil de quienes lideran las compañías españolas. El responsable del Premio Emprendedor del Año de EY nos habla sobre su experiencia organizando este galardón, que este año ha recaído sobre la empresa burgalesa Grupo Antolín. ¿Cómo se ha desarrollado su trayectoria profesional? Llevo 30 años en el mundo de la consultaría y la auditoría, en las big four. Concretamente, llevo 13 ya en EY. Cuando me incorporé, estuve dos años en las oficinas de Canarias y luego me trasladé a Madrid a llevar el desarrollo de negocio. Es decir, vine a extender la firma según una especialización sectorial y a fomentar que todas esas partes trabajasen conjuntamente, para poder pensar en el cliente de forma integrada. Además, debía buscar talento en el mercado… Sí, pasé mucho tiempo identificando qué profesionales buenos hay en el mercado, en otras big four o en despachos del mundo de la empresa. He implantado esto también en la oficina de Madrid, hasta que hace dos años, todo esto estaba culturalmente asumido en la casa y adopté nuevos retos. En la actualidad estoy al frente del desarrollo de consumo y distribución para España, Italia y Portugal, organizo el Premio Emprendedor del Año en España y también me encargo de la búsqueda de talento y del desarrollo de oficinas fuera de Madrid. ¿Qué importancia tiene para EY identificar el talento? El negocio de la auditoría y la consultoría no requiere tanta técnica, sino que es muy social y es fundamental ganarse la confianza del cliente. A partir de ahí, en una organización como la nuestra, con 3.000 personas, siempre habrá alguien que sepa hacer bien determinado trabajo. En cualquier caso, la materia prima en este negocio es acertar con las personas. Fabricamos un intangible y la calidad de un servicio profesional se mide en términos de percepción del cliente, no en calidad del producto, y eso sólo pueden construirlo las personas. ¿Cómo es el paso de trasladarse de una oficina grande a la de una ciudad pequeña? La primera diferencia es que en una oficina pequeña te encuentras sólo con un socio. Luego, lo más fundamental es conocer el mercado, antes que las personas. Se debe cambiar el registro, entender que en muchas ocasiones dejas de relacionarte con profesionales y accionistas -en el sentido de gente que trabaja para otros- y hay que ganarse la confianza del dueño, porque muchas veces se trata de empresas familiares. ¿En qué consiste el 'Premio Emprendedor del Año'? Reconoce el emprendimiento, pero entendido desde el punto de vista español. Es decir, premia la trayectoria profesional de empresarios que ya tienen cierta edad y que han generado riqueza para el país. De hecho, este año celebramos en España el 20 aniversario. Cogí el testigo hace dos años, ya que el último responsable del premio fue nuestro actual presidente, José Luis Perelli. El premio se estructura, primero, con una búsqueda de candidatos a nivel zonal. Yo estoy involucrado en esto realmente desde hace 12 años, porque como responsable en Canarias ya me implicaba en la búsqueda de candidatos allí. Luego, por vocación, cuando interactuaba con un cliente trataba de identificar si era un buen aspirante para el premio. ¿Cómo se organiza el galardón en nuestro país? Primero me reúno con los socios de las oficinas de Canarias, Baleares, Cataluña, Sevilla, Valencia, Bilbao y Madrid, que son las áreas donde coordinamos la búsqueda de candidatos que consideramos que cumplen el perfil para presentarse al premio. Además, en esta tarea también nos ayudan nuestros dos patrocinadores fundamentales, BNP y el Iese, y entre todos hacemos una primera identificación de candidatos en las diferentes zonas. Luego, el acto final se hace en Madrid y ahí es donde se proclaman los cuatro accésit y el ganador del premio. ¿Y la final internacional? El ganador en España va a Mónaco, donde se encuentra con los vencedores de otros 60 países durante cuatro días. Allí organizamos unos actos en los que se mezclan ponencias con reuniones y networking entre empresarios. Por otro lado, ganar este premio nada tiene que ver con el tamaño de la empresa. Este año se hizo con el galardón un empresario francés nacido en Siria, con una historia personal muy dura, pero que logró crear una empresa de fabricación de andamios. Son siempre historias con gran valor empresarial. ¿Cuál es el valor diferencial de este premio? Hay pocos premios en el mundo empresarial que de verdad supongan asumir una competición, lo que significa riesgo. Nosotros mantenemos un formato competitivo hasta el día del acto final, al que los candidatos llegan sin saber quién ha ganado. Además, el hecho de que se trate siempre de empresarios que han triunfado hace que sea especialmente importante gestionar muy bien el jurado -en el que no participamos nosotros ni nuestros socios- y el proceso, para que todos se sientan en igualdad de condiciones.