La tecnología Cellerix ha producido las unidades usadas en el tratamientomadrid. Uno de los riesgos más graves que corre el receptor de un trasplante consiste en que su cuerpo no acepte los elementos extraños, y muera. Sin embargo, un grupo de científicos españoles ha dado un paso adelante para evitar que esto suceda, demostrando que ciertas células derivadas de tejido graso permiten controlar el rechazo en los trasplantes de médula ósea entre donantes que no son genéticamente idénticos. Los resultados de la investigación previa, realizada en el Ciemat, con ratones sometidos a trasplantes y tratados con células mesenquimales, fueron confirmados en un paciente trasplantado, que desarrolló una fuerte reacción ante un injerto, pero que fue controlada gracias a la nueva técnica. El descubrimiento, publicado en la revista estadounidense Stem Cells, forma parte de un acuerdo que la Fundación Marcelino Botín mantiene con el Ciemat. En él, también ha participado el Hospital Universitario La Paz, y la encargada de producir las células utilizadas ha sido la empresa española de biotecnología Cellerix, dedicada a la producción de medicamentos celulares. Según el doctor Juan Bueren, del Ciemat, los resultados de la investigación suponen "una nueva manera de tratar una reacción en pacientes resistentes a tratamientos convencionales", como el uso de corticoides. Los resultados del trabajo también han sido confirmados experimentalmente con éxito en una clínica china.