MADRID. Ni coche ni transporte público. La mejor opción es un mix de los dos. En Madrid no hay quien aparque en el centro y llegar a la oficina se convierte en una carrera de obstáculos entre obras y coches en doble fila. Para paliar esta situación, el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón, ha decidido crear 50.000 plazas de aparcamiento disuasorias en la periferia, de tal forma que los trabajadores dejen allí su coche y cojan el transporte público. Los 30 espacios que se construirán en los principales ejes de entrada de la ciudad, (tres en la A-1, nueve en la A-2, tres en la A-3, uno en la A-4, siete en la A-5, tres en la A-6, uno en la A-42 y tres en Colmenar), costarán 81.000 euros. Sobre su ubicación, el alcalde dijo que lo ideal sería que estuvieran a bastante distancia del núcleo central de la capital para que realmente sean disuasorios y el conductor no tenga la tentación de llegar con el coche hasta la ciudad. Por eso, a su juicio, uno o ninguno de esos aparcamientos debería construirse en el término municipal de Madrid. Pero dejar el coche en uno de los espacios no es gratuíto y se deberá pagar de un euro al día a 10 euros al mes descontándolo en el precio del abono tranporte.Y es que cada día se incorporan a la capital dos millones de personas que procedentes de otros municipios o comunidades, lo que supone el colapso de las principales vías de acceso a la capital y de las calles céntricas de Madrid.