madrid. Entre la espectacular jaima del stand de Qatar y fotos de perforadoras para extraer petróleo aparece Marcela Donadio, recién llegada de Estados Unidos y que acude al Congreso Mundial de Petróleo que mañana acaba en Madrid. Como responsable del área de Oil & Gas para America de Ernst & Young tiene puestas muchas expectativas en las conclusiones del Congreso. Ojalá se cumplan. P Sabe que para muchos el petróleo es el culpable de la mitad de los males del planeta. ¿Está de acuerdo, sobre todo cuando usted trabaja con él a diario? R (Risas) Hombre, no creo que la tenga toda. Si piensa lo que ha pasado en la economía mundial se entiende mejor. Países como India, China y también algunos de Latinoamérica han aumentado su demanda de petróleo, y el precio también ha subido. Porque no olvide que la cantidad de petróleo que existe continúa disminuyendo. P Se habla del precio del barril, que el oro negro es finito pero al final no parece que los gobiernos apuesten de verdad por otras energías. En España, por ejemplo, el debate sobre la energía nuclear siempre se queda en eso, en debate... R Recuerdo que en febrero de este año hubo un congreso en el que quedó de manifiesto que la población de EEUU no estaba sintiendo mucho la subida del petróleo. Claro, si eso pasa nadie hace nada. Pero las últimas encuestas sí lo dicen. Y la sensación va a aumentar cuando las previsiones indican que tendremos un barril entre 150 y 200 dólares. Es ahora cuando en Estados Unidos, tanto los candidatos para las elecciones como el actual gobierno está hablando de política energética. Hasta ahora, nada. P ¿Y esa política incluye otras energías, por casualidad? R Hay que ser cuidadosos. No puedes cambiar el panorama de la noche a la mañana, porque se han invertido millones en construir una infraestructura y hay un trabajo hecho alrededor del petróleo. Tanto el petróleo como el gas natural van a seguir siendo jugadores importantes, así que no se puede hablar de cambio inmediato. Las cosas se equilibrarán en un mínimo de cinco años. P ¿Y el ahorro energético qué papel desempeña? R ¡Mucho! Fíjese que en el hotel de Madrid en el que me alojo la luz de la habitación y del baño se enciende ¡según voy pasando!. En Estados Unidos estamos acostumbrados a tenerla siempre encendida, igual que el aire acondicionado. No hemos hecho ninguna política de ahorro. P ¿Qué expectativas tiene puestas en el Congreso? Porque el precio del barril no va a bajar... R En cualquier foro donde haya diálogo ya es en sí importante. Traer a gente de todo el mundo con perspectivas diferentes es clave. Desde luego vamos a salir mejor informados, no con una solución, pero con un entendimiento mayor de los problemas. P El mundo en el que usted se mueve es bastante masculino. ¿Cómo se desenvuelve una mujer entre empresarios petroleros? R Realmente nunca pienso en esto. Empecé mi carrera en esta compañía en 1976 y tres años después llegué al petróleo, así que he crecido profesionalmente con compañeros masculinos. Soy de Panamá, y he crecido en un mundo donde todas las mujeres trabajaban. Abogadas, doctoras, maestras, alcaldesas... ¡hasta una presidenta del Gobierno! Así que los hombres no me intimidan. P Tiene usted dos hijos y un marido con una carrera profesional también de éxito. ¿Está de acuerdo con que la conciliación se basa en la firma constante de pactos? R Bueno, yo prefiero decir que cada día de mi vida tomo decisiones nuevas. Un día decido que lo voy a dedicar a mis hijos, otro a mi esposo y otro, por ejemplo, a mi trabajo. Mi marido es consejero delegado de una empresa perforadora y ahora mismo está en Kuala Lumpur. Yo estoy en Madrid. Y he de decir que estoy muy tranquila porque mis hijos, que tienen 20 y 17 años, son muy responsables y sobre todo están muy orgullosos de mí. Aunque reconozco que hubo momentos de duda. Llevo 28 años de matrimonio y la verdad es que soy muy feliz. P Pues haciendo cálculos lleva más tiempo casada con Ernst & Young, ¿no? R (Risas) No me había dado cuenta. Los dos matrimonios me han salido bien, en cualquier caso.