Madrid. Poder disfrutar del mar sin tener que pelearse con el vecino por el metro cuadrado de playa, sin que los turistas le salpiquen, le molesten, o no tener que soportar largas colas en el chiringuito, es el sueño de cualquier veraneante de las costas españolas. Precisamente España es uno de los países escogidos, tanto por los españoles como por los turistas extranjeros, para disfrutar de la navegación con un yate o barco privado o, por qué no, darse el capricho de alquilar uno. A pesar de no haber datos actualizados sobre el turismo náutico en España, lo cierto es que en los últimos diez años el sector ha experimentado un auge importante. Pero, ¿qué es lo que se necesita para dirigir una embarcación? ¿qué formación hay que tener? ¿cuáles son las empresas que viven del turismo náutico?Para poder tener y manejar un barco lo primero que hace falta es una licencia. En España existen varios títulos divididos entre naútica profesional y los de naútica de recreo. Pero, ¿cómo conseguir estas licencias? La encargada de dispensarlas es la Dirección General de Marina Mercante, bajo la supervisión del Ministerio de Fomento. Los más demandados en España son los títulos de recreo cuyo nivel va subiendo en función del motor y de los metros de eslora, entre otras condiciones. Por ejemplo, el más popular es el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo que permite llevar embarcaciones de motor, de vela o ambas de hasta 12 metros de eslora y sin alejarse de la costa más de 12 millas. Titulación y a navegarAunque las licencias de recreo no pueden utilizarse para hacer negocio, son muchos los que aprovechan el verano para sacarse un dinero extra. Alquilar y hacer de patrón de su propia embarcación es una de las opciones, que además, permite disfrutar a terceros de un paseo por el mar por el módico precio de unos 1.500 euros a la semana. Cifra que puede aumentar en la temporada alta de los veleros (desde julio hasta septiembre). Estas tarifas rentabilizan de una sóla vez, los 400 y 800 euros que hay que invertir para obtener un título de embarcación de recreo. Desde la Escuela Náutica de Cataluña aseguran que esta práctica es ilegal y que sólo se puede hacer negocio "con los títulos mercantes" cuya obtención supone un desembolso superior a los 1.000 euros y cursos de hasta dos años de duración. Una vez que se tienen los títulos y licencias ya sólo queda sacar provecho a las opciones de las que pueden disfrutar los amantes de los barcos: ropa, complementos de pesca, para el barco, camping y hasta cursos de buceo.A lo largo de la costa española hay numerosos clubes náuticos que se encargan de organizar diversas actividades. "Regatas, cruceros, campeonatos de tenis, pádel y pesca entre otras", aseguran desde el Real Club Náutico del Puerto de Santa María en Cádiz, e incluso prestan a sus socios "servicio de reparación". Uno de los problemas más comunes de los barcos es que, al pasar largas temporadas en el mar, el agua puede oxidar la chapa e incluso el motor. Para evitar que esto ocurra, Joaquín Campell de elevatubarco.com se dedica a comercializar en España elevadores importados de Estados Unidos. "Esta herramienta permite elevar el barco sobre el nivel del mar para evitar el contacto con él a fin de que no se oxide", señala el socio. Dependiendo de la profundidad, se puede utilizar el elevador hidráulico (hasta tres metros de profundidad) o el flotante (mayor profundidad), que puede costar entre "el cinco y el diez por ciento del coste del barco, es decir, entre los 3.000 y 30.000 euros", señala Campell.Como el mar puede saturar si pasa largas horas en cubierta, ir a descansar a un camping es una buena opción. Por ejemplo, el Camping Náutico de Almata en Girona ofrece esta posibilidad. Es uno de los pocos que además de permitir la llegada de caravanas acoge el amarre de barcos. "Amarrar en el camping tiene un precio que oscila entre los 7,40 euros en temporada baja hasta los diez euros en temporada alta", señalan desde la empresa. Debido a la saturación publicitaria en la que estamos inmersos, los publicistas estudian nuevas técnicas para hacer llegar una promoción llamativa a los destinatarios. ¿Y si viese en un barco carguero o un ferrie forrado de publicidad? Esto es posible y de hecho, desde Marketing Marítimo Bergé, su director general Juan Pérez-Solero, señala que como alternativa a la saturación de los medios convencionales, "el marketing marítimo nace como una nueva plataforma de comunicación que permite generar un alto grado de notoriedad y exclusividad para el anunciante", señala. Y es que los "soportes y barcos utilizados, al variar en tiempo, tamaño y zona, el precio también oscila entre los 6.000 euros en un velero hasta los dos millones de euros", aclara el director.Y es que la náutica es un filón no sólo para el turismo español sino también para las empresas.