madrid. Los gestos, las miradas o la manera de vestir, forman parte de eso que llamamos "comunicación no verbal", considerado como uno de los aspectos clave en el ámbito laboral. De nada sirve tener una fuerte formación intelectual, si nuestro aspecto o conducta consigue establecer una barrera previa, entre nuestro interlocutor y nosotros, imposible de desmontar aun cuando nuestro discurso resulte brillante. Y, en este apartado, sin duda, la indumentaria, la elección de las prendas que nos visten, exige de un exquisito equilibro entre lo que está de moda y el buen gusto. Según Carmen Tous, profesora de Protocolo Empresarial de la universidad Francisco de Vitoria, "vestir adecuadamente es hacerlo de acuerdo a las 'tres ces': comodidad, calidad y coherencia". Para Carmen, lo más importante es la coherencia, "en tu trabajo te conviertes en la imagen de la empresa, en el embajador de la compañía, y tienes que tener mucho cuidado", asegura. Por esa razón, la propia naturaleza del negocio te dicta lo que puedes y no puedes hacer, "si tu actividad es muy creativa, te puedes permitir ciertas licencias que, en otro puesto o empresa, no tendrían cabida. Es una cuestión de sentido común". En segundo lugar, estaría la calidad. "La jornada laboral estropea mucho las prendas. Por eso, es mejor tener ropa de calidad. Una buena tela o un buen corte evita que salgan brillos o coderas que dan una muy mala sensación", afirma. En su opinión, no es necesario tener un armario amplio, "una mujer con tres trajes, un par de pantalones sueltos, una falda y varias camisas, ya basta". En lo que respecta a los caballeros, "tres trajes, una blazer y un par de pantalones, dan mucho juego". Por último, Carmen no olvida una parte indispensable de su regla: la comodidad. "Pasamos más de media vida en el trabajo y nuestra indumentaria debe ser cómoda. Por ejemplo, un buen consejo es llevar ropa amplia, no pegada. Esto facilita mucho la vida. Lo ideal es dejar espacio suficiente entre la falda o pantalón y el cuerpo. Así, evitamos sufrimientos innecesarios después de las comidas de negocios". Un vestuario cómodo en las féminas se completaría con unos tacones medios para evitar que se hinchen los tobillos, así como huir por todos los medios de los grandes escotes y las minifaldas, "no es por una cuestión de sexismo. Las minifaldas tienden a enrollarse y los escotes a descolocarse. Se convierte en una tortura". Coco Chanel decía que, antes de salir de casa, hay que mirarse al espejo y quitarse algo, "esta frase resume muy bien uno de los secretos del buen gusto: no ir demasiado recargado", afirma Carmen. Por su parte, los caballeros han incorporado en los últimos tiempos un artículo de lujo algo inusual como es el móvil, "se ha convertido en un complemento más que se exhibe sobre las mesas de trabajo". Elegancia y modaGris, todo es gris. Así, resume Enrique Campos, director de moda de la revista Marie Claire, el color de la nueva temporada invernal que vamos a iniciar, "se vuelve a un estilo sobrio y austero. La fórmula de introducir, en el armario de los señores, colores en las corbatas y las camisas se abandona", apunta aliviado. ¿Cómo es el estilo de moda en los negocios? "Para los hombres, se impone la sastrería clásica. Vuelve el traje cruzado, con chaquetas cortas y algo más entalladas, también se acortan los puños. En los pies, se imponen los zapatos abotinados". Por su parte, las mujeres comparten esa tendencia monocolor a favor del gris, "se lleva mucho la franela, los tejidos de hombre se adaptan a la moda femenina. Vienen muchas faldas tulipán, por encima de la rodilla, con chaquetas cortas, manga francesa y sin entallar". Por su parte, los pantalones permiten más juego, "o estrechos y más cortos, o anchos y largos", asegura Enrique Campos. Por último, los vestidos ofrecen esta temporada mucho juego a las ejecutivas, "un palabra de honor se puede combinar con una camisa debajo, a modo de pichi". En las piernas, medias tupidas y botines. Por cierto, ellas y ellos podrán compartir algo más: un buen maletín. Por su parte, Paola Sáez de Montagut, experta en moda de la revista Elle, completa la oferta, " en los hombres, revive el espíritu college y british. Este año, se pueden atrever con las pajaritas y con los chalecos clásicos". En la línea para la mujer, encontraremos zapatos de salón sobre plataformas y estampados animales. Los bolsos reclaman más atención y aumentan así de tamaño. Lo que está prohibidoSin embargo, acertar es también no fallar. Muchas veces es mejor pasar desapercibido que mostrar un detalle que nos haga perder credibilidad. Para Enrique Campos, en los hombres está prohibido "por ejemplo, los paraguas plegables. Es mejor gastarse el dinero en uno estilo clásico". Tampoco se lleva la gomina, pelo muy corto o rapado. Paola Sáez de Montagut, "en los caballeros, hay que abandonar las solapas pequeñas. Por supuesto, las combinaciones estilo traje con camiseta debajo, son inaceptables".Carmen Tous va más allá, "las pulseras a partir de los 35... sobran. Tampoco es admisible llevar tirantes y cinturón, las camisas de manga corta con traje o taparse la corbata en una comida. Si tienes dinero para asistir a un almuerzo de negocios, tienes dinero para el tinte". Por cierto, si en un almuerzo le entra el calor, recuerde esto: nunca hay que quitarse la chaqueta si la persona de mayor rango no lo ha hecho antes que usted, previa petición de permiso.Por último, la moda femenina también tiene sus aspectos prohibidos o inapropiados. ¿Cuáles? "El total look", asegura Paola, hay que romper con las uniformidades, mismo color o mismo diseñador". Enrique Campos es más específico, "los bolsos y zapatos a juego ya no se llevan".Ya lo sabe, a partir de ahora esté más atento a la moda, puede ayudarle a cerrar un buen trato.