La diferencia entre el coste de un arbitraje y el de un juicio puede llegar hasta los 10.000 eurosEl cumplimiento del laudo arbitral supera las tasas del 90%; en justicia, no pasa del 30%madrid. "A veces es mejor perder un laudo en seis meses que ganar un pleito en ocho años". La frase, aunque no es suya, la pronuncia Javier Íscar de Hoyos, secretario general de la Asociación Europea de Arbitraje (Aeade). Las costas de un juicio son tan caras y el proceso suele ser tan lento, que a las miles de pequeñas y medianas empresas españolas se les atragantan muchos procesos judiciales. Y los datos dicen que el 90 por ciento de ellas ha tenido que acudir en algún momento a la Justicia para resolver algún problema, sobre todo económico. Para eso está el arbitraje, una fórmula que empieza a calar entre pequeños empresarios aunque la fórmula exista desde hace ya siglos. "Desde que resolvía las controversias entre los mercaderes en el siglo XV", aclara Gonzalo Stampa, abogado y asociado senior de Jones Day. El precio es la variable que toda pyme vigila con mayúsculas. Y las diferencias entre el arbitraje y un proceso judicial ordinario son importantes. Llegan a los 10.000 euros en el caso de una demanda de más de 100.000 euros. "Empiezan a verle las ventajas, aunque aún queda mucho por hacer", confiesa Gerson Real de Oliveira, director de Formación de la Asociación Comunitaria de Arbitraje y Mediación. Gonzalo Stampa apunta el concepto de abogacía preventiva para prevenir errores fatales a posteriori: "A una empresa le compensa gastarse 5.000 euros en abogados al manejar una operación de 70 millones. En muchas ocasiones las partes que acuerdan el contrato sólo se fijan en la parte económica. ¿El resto? Eso es cosa de abogados". Además de barato, es mucho más rápido conseguir un laudo que un fallo judicial. El tiempo medio para resolver un conflicto en los tribunales ordinarios para una cuantía menor a 150.000 euros es de dos años y medio; periodo que puede llegar hasta los siete años con cantidades superiores, según Aede. En 2007, este organismo administró 47 procedimientos arbitrales entre pymes. Quizá a simple vista parezcan pocos, pero supone un 100 por 100 más que el año anterior. Resulta complicado dar una cifra global, porque hay varias fuentes que ofrecen datos. El Consejo Superior de Cámaras tramitó 421 procedimientos de este tipo en 2007, y el Instituto Nacional de Consumo recibió entre 2005 y 2006 unas 55.000 solicitudes de arbitraje. Sea cual sea la cantidad de arbitrajes, lo cierto es que existen varias barreras que dificultan que se tome como una alternativa más para resolver problemas empresariales. Algunos apuntan el desconocimiento no sólo de los empresarios más modestos, sino de muchos de los despachos de abogados. Rafael Hinojosa, profesor de Derecho Procesal de la Universidad Complutense de Madrid, apunta un obstáculo más: la desconfianza ante las resoluciones arbitrales. "Lo que muchos no saben es que la mayor parte de los laudos dictados pueden ser inmediatamente ejecutables", dice. Javier Íscar apunta que el porcentaje de cumplimiento del laudo es de más del 90 por ciento. "En el caso de la justicia no creo que llegue al 30 por ciento", asegura. Motivos de pelea ¿Por qué se pelean las pymes? La mayoría de los conflictos tienen que ver con incumplimiento de contrato. Gerson Real de Oliveira apunta otros motivos, como el uso de marca; Javier Íscar habla también de problemas entre socios y apunta los problemas que se dan en los conflictos entre franquicias: "Lo más habitual es que sea también por incumplimiento de contrato, sobre todo por parte del franquiciado. Que no paga los royalties, por ejemplo. Aunque también puede ser porque el franquiciador no cumpa con los planes de formación acordados".