Las personas necesitan adquirir cada vez más cosas para satisfacerseNueva York. El dinero parece ser la fuente de felicidad para los elegidos a ocupar un puesto en el club de los millonarios y multimillonarios que pueblan el planeta. El prestigioso psicólogo y premio Nobel 2002, Daniel Kahneman, y el economista Alan B. Krueger, han decidido acabar con el mito de que el dinero es fuente de felicidad o, al menos, son algunas de las conclusiones a las que llegan en un análisis realizado en Princeton.Según los datos del estudio, los incrementos monetarios "tienen un efecto relativamente corto en la satisfacción diaria". "Cuando alguien era preguntado por cómo cambiaría su vida una mayor fuente de ingresos, muchos se mostraban tentados por un incremento en el gasto de diversiones, como una televisión de plasma o jugar al golf".Sin embargo, en un estudio presentado hace un año ante la Asociación Americana de Sociología de la Universidad de Pennsylvania, se afirmaba que "los continuos aumentos de sueldo promueven una ascendente carrera en la que los individuos tienen que consumir más y más para mantener constante su nivel de felicidad", aunque coincide con el presentado en Princeton al afirmar que el dinero no aumenta la felicidad, sino que fomenta el consumo para hacer creer al usuario que es feliz.El método empleado por los autores del informe de Princeton ha dado como resultado el desarrollo de una herramienta que permite medir la calidad de vida y que ha sido bautizada como Método de Reconstrucción Diaria. Este sistema contiene una "escala de diversión" en el que se requiere a los participantes recordar las actividades de la jornada anterior en forma de pequeño diario.En 2004, se realizó un primer análisis mediante el empleo de esta técnica, que encuestó a 909 empleadas de Texas, fue una de las mayores evidencias en las que se demostró que los aumentos de sueldo jugaban un papel bastante discreto en la felicidad del día a día.