Ni él lo esperaba, pero el asturiano volvió a moverse como pez en el aguaUn triunfo tan inesperado para los aficionados como para el propio Alonso, que una vez más ha sacado petróleo en momentos de zozobra de Ferrari, que ya había decidido pasar al plan B en el desarrollo del coche de 2012, vistos los paupérrimos resultados cosechados en pretemporada y en el inicio del Mundial en Australia. El triunfo del asturiano en Sepang se apoyó en cinco pilares. La salida: una vez más, Alonso salió de una forma magistral y recuperó tres posiciones, pasando de la octava a la quinta plaza. Lluvia: fue la gran protagonista. Esperó justo al inicio de la carrera para descargar con fuerza, lo que obligó incluso a suspenderla temporalmente en la novena vuelta. En la reanudación, con la pista todavía anegada, Alonso volvió a demostrar que sabe moverse mejor que nadie como pez en el agua. Suerte: por una vez, la fortuna también sonrió al bicampeón mundial, pues dos de sus rivales, los que están más en forma, Hamilton y Button, no tuvieron su día (el primero caló su coche en un cambio de gomas y el segundo sufrió un choque que le obligó a cambiar el morro). Y cuando más le apretaba Sergio Pérez (Sauber), el mexicano tuvo una "oportuna" salida de pista, que aún así no le impidió lograr una histórica segunda plaza. La gran noticia del inicio del Mundial es que Red Bull (Webber fue cuarto y Vettel undécimo) no está. Aunque se le espera. Estrategia: por fin acertó Ferrari en la táctica. Experimentó con Massa con los neumáticos de lluvia extrema cuando reinaba el diluvio, lo que permitió a Alonso ir escalando posiciones hasta el liderato poco después de reanudarse la carrera, posición que ya no abandonó. Oficio: le sobra al asturiano, como volvimos a ver ayer. Supo administrar su sorprendente posición en una pista de patinaje, no cometió un solo error y dio la sensación de que, cuando por fin Ferrari acierte con el coche, será el enemigo a batir. De momento, ya es líder.