María Durán ocupa el cargo inédito de directora general de buenas prácticas empresariales, en el Gobierno balearMADRID. María Durán (Manacor, 1953), ocupa desde el mes de agosto un puesto inédito en la Administración: es la responsable de la única dirección general de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), situada en el Gobierno de Baleares. Aunque su puesto es relativamente creciente, el origen se encuentra en el documento aprobado el pasado año por el Congreso sobre la responsabilidad social en las empresas. En concreto, una de las recomendaciones era la constitución de direcciones generales sobre específicas de este área en las Administraciones Públicas. Su responsabilidad es fomentar las buenas prácticas en las empresas baleares; y ha de hacerlo teniendo en cuenta que no se trata de una pauta de obligado cumplimiento. Todo lo contrario, defiende que obligar a las empresas desvirtuaría el concepto de RSC. "Esta responsabilidad surge cuando las empresas ya han cumplido con la legislación -explica-. Si esas prácticas fueran obligatorias, dejarían de tener sentido para pasar a ser responsabilidad normativa". No obstante, cree que seguir el ejemplo de Suecia, que ofrece ventajas fiscales a sus empresas que salen al exterior si se comprometen a desarrollar acciones de responsabilidad social y penaliza a quienes no lo hacen, puede ser un buen incentivo. De momento, ella será uno de los responsables de implantar la responsabilidad social en Baleares mediante una hoja de ruta: se trata de 20 medidas que previsiblemente serán aprobadas hoy por el Gobierno autonómico, y que buscan que Baleares sea "un referente en España en la aplicación de la responsabilidad social". Dichas actuaciones, que se prolongarán durante toda la legislatura, se centrarán en principio en empresas y organismos públicos de la comunidad autónoma. El objetivo es que asuman compromisos en materia de igualdad entre hombres y mujeres, calidad de vida del trabajador, incorporación de estrategias de I+D+i y sensibilización en materia medioambiental. Reputación para las empresas Los sindicatos, empresarios y otros agentes sociales han colaborado en la elaboración de la citada hoja de ruta. Un primer paso será la elaboración de un autodiagnóstico mediante encuestas a empresarios, para determinar la situación de la implantación de responsabilidad social. "Nos fijaremos en indicadores como igualdad de género, conciliación de la vida laboral y familiar y -señala la directora general- en cualquier otro indicador". Durán cree que Baleares tiene unos "elementos objetivos", como una importante actividad turística y su insularidad, que orientan la implantación de prácticas responsables hacia estos ámbitos. En el caso del turismo, cree que estas empresas tienen "un gran potencial" para ser socialmente responsables ofreciendo, por ejemplo, formación especializada a personal contratado en países con economías emergentes. "De esta manera -explica Durán- se benefician los trabajadores, Baleares y las propias empresas, por la reputación que ganan incorporando la solidaridad a su imagen de marca".