Diego Jiménez es uno de los fundadores de la agencia 'online' quehoteles.com, que factura 17 millones de eurosMADRID. Diego Jiménez y Miguel Ángel Ferrero se conocen desde 1999. Primero fueron amigos cibernéticos pero poco después se convirtieron en ciberempresarios. Sus primeros proyectos fueron webs destinadas al mundo académico, como becas.com y todalaley.com. Sin embargo, su gran negocio estaba por llegar, y lo encontraron combinando la tecnología con la hostelería. "Con el tiempo empezamos a tener mentalidad empresarial -explica Jiménez- y el siguiente negocio surgió como una evolución natural". Así nació la agencia de viajes quehoteles.com. Aunque el nacimiento se produjo en 2003, su origen está unos meses antes, cuando un amigo piloto de Diego y un estudio de mercado le sugirieron que el sector hotelero tenía oportunidad de negocio. El reto era ofrecer la información más actualizada, requisito fundamental para una agencia de viajes online. Los primeros tres meses estuvieron llenos de incertidumbre, a pesar de lo cual facturaron por valor de 30.000 euros. Uso acertado de la tecnología Cuatro años más tarde, quehoteles.com tiene una facturación superior a los 17 millones de euros, recibe más de 300.000 visitas diarias, cuenta con una red integrada por más de 150.000 hoteles de España, Portugal y las principales capitales europeas, y una plantilla de 30 personas. Lejos quedan ya esos comienzos, con tres empleados (dos de ellos los propios fundadores) y con sus familias ayudando en la limpieza de su primera oficina, un pequeño piso muy diferente a su sede actual, en el Parque Tecnológico de Málaga. Este emprendedor cree que una de las claves de su éxito y el de su socio ha sido el uso de la tecnología. "Hemos triunfado donde otros fracasaron porque hemos sabido utilizarla para nuestros fines", explica Jiménez. Eso y tener muy claro que la tecnología puede ser una gran aliada para hacer cosas nuevas. "A poco que te estrujes el cerebro puedes dar con una muy buena idea empresarial y original". Palabra de emprendedor. Pero también hay tiempo para la autocrítica. Es inevitable cometer errores, y más cuando éstos se producen "porque no hubo más remedio que aprenderlo todo a marchas forzadas". Él mismo reconoce que su experiencia empresarial era "casi nula" en los comienzos, y eso se tradujo en contrataciones erróneas y una mala política de planificación de recursos humanos. En este tiempo necesitaron técnicos para hacer labores de desarrollo, pero luego se vieron incapaces de retenerlos; o contrataron a personal no cualificado. Otro error que reconoce abiertamente es que con un profesional "se va más rápido por mucho que se estudie el sector en cuestión". ¿Cuál será el futuro de quehoteles.com? Diego Jiménez no quiere revelar nada porque "hay mucha competencia y muy grande". Sin embargo, apunta una clave: la tecnología y la imaginación permiten realizar innovaciones constantes. Lo único sagrado es la calidad. "Hay mucha desconfianza en el servicio por Internet, y como nosotros apostamos por la calidad, la situación puede ser beneficiosa para nosotros". Palabra de empresario.