MADRID. "Llevábamos mucho tiempo preparándonos y ahora estamos encantados", admite Manuel del Río de la Cal, consejero delegado de Danosa, una empresa familiar con 43 años de historia. A la producción de materiales para la impermeabilización y de sistemas de aislamiento acústico, drenajes y geotextiles le acaban de dar un toque verde que generará nuevas oportunidades a una compañía que en 2006 facturó 90 millones de euros. Las "expectativas son muy buenas" para esta nueva línea de fabricación de paneles solares ya que "el código técnico establece que cada vivienda nueva debe abastacerse de un cierto aporte calórico para agua sanitaria procedente de energías limpias", explica Manuel del Río. No es esta la única razón por la que Danosa ha dado que hablar los últimos meses. En abril inauguraron los 254.000 metros cuadrados de nuevas instalaciones, las tecnológicamente más avanzadas de Europa de su sector, en un pueblo, Fontanar, a 10 kilómetros de Guadalajara. Del Río tiene palabras de agradecimiento para el anterior alcalde de esta localidad, "quien se entusiasmó con el proyecto", pero no para los representantes de la Comunidad de Castilla-La Mancha: "Nos prometieron ayudas que finalmente no hemos cobrado". Y lo cierto es que para la zona ha sido un impulso fundamental. "Como consecuencia del establecimiento de este polígono industrial se ha instalado otro de 400.000 metros cuadrados y ha sido la palanca de lo que ya se ha empezado a conocer como el segundo corredor industrial del Henares", explica. La pregunta es ¿por qué por un proyecto así los políticos no se pelean? Del Río es cauto, "mejor no hablar", pero advierte: "Tienen que tener cuidado porque luego se lamentan de la deslocalización". Danosa es de hecho una empresa internacionalizada que gracias a la nueva plataforma está viendo crecer este año sus exportaciones en un 60 por ciento. Sus productos llegan a 30 países de los cinco continentes y tiene filiales en Francia y Portugal. "Pensamos establecer otras dos el año que viene en Marruecos e Inglaterra, aunque no está del todo decidido", explica Del Río. Pionera e impulsora Casi medio siglo separan a la actual compañía de la aventura que emprendiera el padre del actual consejero delegado, Manuel del Río Domínguez, un químico que empezó su andadura fabricando láminas asfálticas para la construcción, cuando ese tipo de material no estaba ni normalizado. Danosa fue, en ese sentido, "pionera e impulsora de la normativa para estandarizar estos productos", explica Del Río. Un paso fundamental para evitar la degradación de la calidad en un ámbito tan sensible como el de la obra civil. El fundador de la empresa es ahora presidente honorífico del consejo de administración y es la segunda generación la que lleva las riendas de la compañía. El hoy máximo ejecutivo destaca de su padre "la modélica sucesión" que emprendió a principios de los noventa. "Empezó relativamente joven y la hizo poco a poco, lo cual le permitió tener capacidad y energía suficiente como para que si hubiera salido mal haberla sabido reconducir. En ese sentido fue generoso porque lo hizo pronto. No es habitual", explica. Cuatro de sus cinco hijos trabajan hoy activamente en Danosa. Sin embargo, para cuando la tercera generación se plantee entrar en la empresa estará establecido un protocolo que llevan preparando desde hace tiempo. Entre las condiciones que precederá a la entrada de familiares en la empresa figura por ejemplo el haber trabajado previamente en una tercera compañía. Pero Del Río destaca de este documento, "más allá de la firma", la esencia de que "todos los hermanos están de acuerdo en los aspectos básicos". Y en cualquier caso, todavía la siguiente generación es muy joven: el mayor de estos 14 primos tiene 15 años. También contribuye a la paz familiar en la compañía un consejo de familia que se reúne periódicamente un par de veces al año, "y con mayor frecuencia si es necesario". Gestión profesionalizada El tercer elemento que redunda positivamente en la gestión de la compañía es su profesionalización, un camino que ya inició en su día Manuel del Río Domínguez, que incorporó cuatro profesionales al comité de dirección y al consejo de administración. De esa etapa queda uno al que se han sumado otros. "En el consejo de administración, formado por ocho personas, hay tres externos, dos independientes y un profesional no familiar", explica el hijo del fundador. A su juicio, la ventaja de Danosa por ser empresa familiar radica en su visión a largo plazo: "No nos preocupamos por la cuenta de resultados del trimestre que viene ni de cómo maquillar un balance a corto plazo. Por tener esta filosofía nos hemos embarcado en la planta de Fontanar, un proyecto diseñado para los próximos 50 años".