MADRID. Quienes están llamados a tomar las riendas de los negocios que hoy regentan sus padres o abuelos, consideran imprescindible una reforma laboral para acelerar la salida de la crisis. Así lo cree el 45,3 por ciento de los jóvenes sucesores de empresas familiares, que acaban de clausurar en Madrid su IX Encuentro Nacional. Las otras dos grandes reivindicaciones de estos empresarios del futuro próximo son la reforma del sistema financiero (23,4 por ciento) y del marco fiscal (21,9 por ciento). ¿Y cuál es el retrato robot de estos jóvenes relevistas? Una persona formada para asumir la máxima responsabilidad, con estudios especializados en gestión empresarial y con vocación de continuidad. Futuros directivos que tienen claras cuáles son las asignaturas pendientes de la empresa familiar: la profesionalización de los órganos de gobierno, la innovación, la formación y la implantación de una cultura de empresa. Según datos de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar (Adefam), la propiedad de las empresas familiares españolas, en casi el 50 por ciento de los casos, está en manos de la primera y segunda generación, y su antigüedad media ronda los 25 y 40 años.