Singapur, Hong Kong y Holanda destacan por su atractivo para los inversores extranjerosMADRID. España no termina de despegar como destino abierto al exterior, capaz de captar inversiones extranjeras y no sólo réditos por parte del turismo, que en ese capítulo nuestro país sí destaca. Lo cierto es que por segundo año consecutivo se sitúa en el puesto número 29, a la cola del índice de AT Kearney de países más globalizados.Íñigo Aranzábal, socio de la consultora, explica que "la situación de España evidencia un retraso frente a las grandes economías de referencia y a los países emergentes".El compromiso político con la globalización, continúa, "no acaba de tener reflejo en el comercio exterior o el atractivo de España para los inversores extranjeros".La fuerza de AsiaNo ocurre lo mismo con algunos destinos asiáticos que han entendido a la perfección las bondades de la globalización para sus economías. En concreto, el primer puesto del ranking de este año lo ostenta Singapur, pequeña isla-país del sudeste asiático que, con sólo cuatro millones de habitantes, se ha convertido en una de las regiones más dinámicas.La segunda posición la ocupa Hong Kong, que por primera vez aparece reflejado en este ranking, seguido de Holanda que ha subido cuatro puestos respecto al índice del año pasado. Suiza e Irlanda se situaron en cuarto y quinto puesto, respectivamente. Lo cierto es que a la consultora no sorprende demasiado la supremacía en concepto de globalización de países tan pequeños. "Se trata de un imperativo para países con mercados domésticos y recursos naturales limitados", explican. De hecho, siete de los diez primeros países del índice tienen una población inferior a los ocho millones, es decir, más pequeños que el estado norteamericano de Indiana.En el capítulo de los descalabros, Estados Unidos descendió cuatro posiciones hasta ocupar el séptimo lugar, justo por encima de Argelia. Este hecho se debe al modesto crecimiento del comercio y a la disminución de la inversión extranjera en el país. No obstante, su alto nivel de conectividad tecnológica ha impedido que haya quedado fuera de los diez primeros puestos.También China ha caído de forma vertiginosa hasta 15 puestos en el índice de este año para ocupar el puesto 66. El declive del país es, en parte, según la consultora, resultado de la disminución de su crecimiento en comercio en comparación con el año pasado, posiblemente, a medida que el país cambia su modelo: de la demanda doméstica, a la exportación. Por el contrario, Jordania y Estonia, otros dos países que se estrenan en el índice, obtuvieron excelentes puntuaciones que les permitieron ocupar el noveno y décimo lugar respectivamente.La medición de este índice se hace analizando a 12 variables agrupadas en cuatro categorías: integración económica, contacto personal, conectividad tecnológica y compromiso político. Los países que aparecen reflejados en el ranking representan el 97 por ciento del PIB mundial y el 88 por ciento de la población mundial.