madrid. Abierta las 24 horas del día, Google se ha convertido en una de las consultas médicas más visitada por los españoles. El responsable de Salud del buscador apunta la gran oportunidad que están dejando pasar las empresas españolas que no han entrado en Internet. P ¿Tanto confían los españoles en Internet como fuente de información sanitaria?R Sin duda. Internet es hoy una valiosa y eficaz fuente de información que se utiliza para buscar y ampliar cualquier información que les haya venido de otro medio. De hecho, y según nuestros datos, el 85 por ciento de los pacientes españoles lo utiliza como fuente de información en cuestiones de salud, sólo por detrás del 88 por ciento dedicado a los médicos, y muy por encima del 40 por ciento otorgado a farmacéuticos.P ¿Qué buscan y cómo ha cambiado Internet los comportamientos de los pacientes españoles?R Lo interesante es que no sólo se usa para informarse de las enfermedades y tratamientos propios sino también de las de los de amigos y familiares. Además se utiliza no solo para enfermedades comunes sino también para aquellas más específicas y graves. Por eso entre las mayores búsquedas se encuentran las dietas, las alergias y las migrañas, pero también las que se refieren al cáncer. Esto sin duda está cambiando el día a día de los médicos, que ven como los pacientes llegan a las consultas más informados y con múltiples preguntas relativas a su enfermedad.P ¿Está este nuevo paciente experto preparado para asumir un papel más activo?R Sin duda alguna, poder acceder a más información, y de distintas fuentes, otorga un gran poder al usuario, y amplía enormemente su capacidad de elección. Por ejemplo, un 71 por ciento de los pacientes declara su intención de utilizar un buscador para informarse mejor sobre la publicidad de medicamentos en televisión. P ¿Y las empresas, están aprovechando estas oportunidades?R Las empresas españolas están empezando a aprovechar esta nueva realidad poco a poco. Todavía hay un enorme potencial que necesitan descubrir, ya que Internet puede convertirse en su principal motor de crecimiento. La posibilidad de ofrecer la información que un usuario, un paciente o un médico estén buscando tan rápida y eficazmente como en Internet es sin duda revolucionario, no sólo dentro del mundo de la salud, sino en cualquier sector que quiera tener presencia en la red. P Pero siguen existiendo algunas trabas. ¿Debe permitirse la información directa de los laboratorios a los pacientes? R Por supuesto. Los laboratorios pueden compartir la información con los pacientes, siempre que se cumpla la regulación sanitaria. Y los pacientes sin duda han demostrado su interés en tener acceso a toda la información que sea posible, quieren formarse una opinión de primera mano para compartirla con el médico. Hay información que va especialmente dirigida a los médicos, y son estos los que deben comunicarlo a los pacientes. Pero hay otra información, y muy importante, que los laboratorios pueden difundir a los pacientes. P Sin embargo, Internet también se ha convertido en un bazar de falsificaciones. ¿Filtra Google las páginas sospechosas? R Google no es una compañía de contenidos, ni ejerce ninguna censura, simplemente ordenamos la información. En caso de cualquier irregularidad actuamos en consecuencia conforme a la regulación vigente. P ¿Cómo promueven entonces la confianza del paciente en este medio? R Nos encontramos en la era del paciente experto, y este paciente sabe cómo utilizar cada medio, combina Internet con la consulta y la farmacia y su confianza se genera por la suma de todos ellos. Internet juega un papel fundamental, porque es el que le ofrece mayor profundidad y amplitud y le permite entrar en contacto directo con otros pacientes. De hecho, la acción mas frecuente después de un anuncio farmacéutico, sin necesidad de receta, es consultarlo en Internet, por delante de la pregunta al farmacéutico. P En España ya está permitida la venta de medicamentos sin receta por Internet. ¿Lo están aprovechando ya las farmacias? R En este aspecto España está todavía relativamente por detrás de otros países europeos, donde están más acostumbrados a la compra por Internet.