MADRID. España no llega al cinco... en competitividad tecnológica. Al menos eso se desprende del estudio Los medios para competir: comparativa de las industrias TI, elaborado por la Economist Intelligence Unit. En este ranking mundial de competitividad tecnológica, España se sitúa en el puesto 24 por detrás de Italia e inmediatamente delante de Estonia y Portugal, con una puntuación de 46,1 sobre una escala de 100. El estudio cubre 64 países pertenecientes a siete regiones. No obstante, son pocos los países que cuentan con todos los factores necesarios para fomentar un próspero sector de las tecnologías de la información. Sin embargo, Estados Unidos (77,4 sobre 100), Japón (72,7), Corea del Sur (67,2) y Reino Unido (67,1) son los que ofrecen los entornos más desarrollados para la competitividad tecnológica. En el índice se analizan seis aspectos que determinan el nivel de competitividad tecnológica de los países: contar con un entorno de negocio adecuado; estar dotado de una buena infraestructura tecnológica; un nivel formativo notable del capital humano; el marco legal que regula la industria; contar con un entorno favorable y propicio para la Investigación y el Desarrollo, y el papel que las Administraciones juegan para favorecer el desarrollo de la industria tecnológica. Buena posiciónEspaña ha recibido sin embargo una buena puntuación en algunos de los niveles. Se sitúa entre los primeros veinte países en Capital Humano (en el puesto 16) y en Entorno Legal (puesto 19) y también consigue una buena puntuación en Entorno de Negocio (80 de 100). Sin embargo, obtiene malos resultados en lo que se refiere a la creación de un entorno propicio para la Investigación y Desarrollo (6,6 de 100) e Infraestructura Tecnológica (29,6 de 100), donde queda en desventaja con respecto a los países de Europa Occidental y del Norte, con registros similares a países de Europa Central y del Este como la República Checa o Hungría. Ante el resultado postrado en el estudio, el presidente del Comité Español de Business Software Alliance, Luis Frutos, señala que para que España se sitúe en el grupo de los países más competitivos tecnológicamente, es necesario hacer un esfuerzo por parte de las instituciones y a todos los niveles por fomentar la innovación, la inversión en tecnología y la creación de una fuerte industria local.